C i n c o.

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Taehyung lanzaba pequeñas migas de pan al gran estanque de peces que estaba en el centro del jardín. Su padre tenía una pequeña obsesión con los peces, obsesión que era complacida por su alfa, ya que este cada vez que podía le traía algún pez exótico que encontraba por ahí.

Sintió su piel erizarse ante la fría ventisca que pasó, esta mañana estaba un tanto gris y fría a pesar de que era verano. Sus padres, como ya era costumbre, no estaban en casa. Cada vez que su padre volvía a casa luego de ausentarse días de esta, ambos se quedaban un día entero en la casa de campo que estaba a unos kilómetros de distancia de la casa principal. Cuando Taehyung era pequeño no lo entendía, con el pasar de los años lo entendió y muy en el fondo lo agradeció.

El instinto siempre predominaba.

Aun no entendía del todo esa necesidad empírica que veía en sus padres, ni mucho menos se imaginaba viviendo algo así. Aún no se comprometía y muy en el fondo no quería hacerlo, la compañía de la chica claramente no le molestaba, pero el pensar en dar un paso más allá de esa especie de amistad que tenían hacía que todos los sentidos del alfa se alteraran.

Pensó en su padre y como este sufría cuando estaba lejos de su omega en esos días que estaban de campaña, muchas veces tuvo que acompañarlo en las noches para que este pudiese conciliar el sueño, su padre agradeciendo el aroma a casa que sentía cuando su hijo estaba cerca. 

Taehyung en cambio podía dormir sin ningún problema, su lobo nunca extrañaba a Jisoo. Aunque muchas veces su instinto salía a flote, al fin de cuentas necesidades eran necesidades, por eso cada vez que podían, siempre acompañaba a Yoongi a esos lugares que el alfa conocía y que su padre tanto odiaba, de vez en cuando era grato sentir las caricias de una omega y de paso satisfacer sus más primitivos instintos, sobre todo cuando este entraba en celo.

Hizo una pequeña mueca al recordar las palabras de su padre dichas el día anterior, tendrían que salir de campaña militar nuevamente.

Nunca se había sentido así, cada vez que su padre le daba esa noticia se alegraba. Amaba acompañar a su padre a expediciones, quizás no todas las veces eran gratas, pero en el campo de batalla se sentía vivo, amaba vivir esa sensación de límite.

Pero esta vez sintió todo lo contrario, no quería alejarse de casa.

Se levantó y comenzó a caminar en dirección al bosque, en el fondo deseando encontrarse con cierto omega, sabía que no habían acordado nada, claramente el día de ayer con suerte habían cruzado cuatro frases, pero aún así algo dentro de él quería encontrarlo allí.

Necesitaba responder esas preguntas que todavía rondaban por su cabeza.

Luego de unos minutos caminando se acercó al lugar donde siempre lo encontraba, su pecho se apretó al no verlo. Quizás tenía este sentimiento porque sabía que existía la posibilidad de no ver más al chico, quizás...

Movió la cabeza y siguió caminando, sonrió al divisar a lo lejos una cabellera azabache cerca del lago, soltó un pequeño suspiro casi de agradecimiento.

Llevó sus rodillas al suelo y comenzó a gatear lentamente en dirección del chico con la intención de asustarlo. Reprimió una pequeña risa al notar que el chico tenía la cabeza ladeada y miraba fijamente un punto inexistente en el aire, sus ojos grandes brillando y sus cejas un tanto fruncidas.

El alfa lamió sus labios, ya casi estaba al lado de él, cuando estuvo lo suficientemente cerca gruñó mientras tomaba la pierna del omega.

El omega chilló tan fuerte por el susto que Taehyung dió un respingo y al instante se levantó del suelo, el omega agitó ambas manos mientras daba pasos hacia atrás, el alfa llevó ambas manos hacia adelante para tomar al omega y evitar que este se cayera, pero fue demasiado tarde ya que el omega había caído de espalda al frío lago.

Tigridia - Omegaverse Taekook ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora