V e i n t i n u e v e.

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Ser almas destinadas trasciende lo físico, es el universo mismo que se encarga de ponerlas cara a cara. Las almas se conocen de vidas pasadas, son los rostros que van cambiando a lo largo de la vida, pero siempre son ellas las que se encargan de volver a reunirse. Porque de alguna forma se extrañan, se necesitan.

Porque así debe ser.

Jungkook siempre escuchó a su madre decir eso, ella le contaba que cuando conociera a su alma destinada, podría escucharlo, podría sentirlo. Porque desde siempre habían estado juntos, el lazo los unía en cuerpo, pero el destino los unía en el alma. Que por más que huyera de él, este siempre se encargaría de que volviera a su origen, a su inicio. Siempre decía que dependía solo de nosotros cual camino tomar, el camino corto o largo, porque a final de cuentas el final de este siempre era el mismo.

Para Jungkook, Kim Taehyung.

Cuando se encontró solo en su habitación sabía que algo no andaba bien, cerró sus ojos pensando en lo que su madre decía. Necesitaba saber si el estaba bien, si estaba triste o con miedo, necesitaba hacerle saber que no estaba solo.

Que el siempre estaría para su Tae.

Se levantó de su cama dirigiéndose a la ventana, se quedó un tiempo allí hasta que la Luna reinó en el oscuro azul del cielo.

"¿Debería seguir mi instinto?" dijo bajito mientras miraba a la Luna, llevó una mano a su vientre y suspiró "¿Debería creer en mi instinto?" cuando terminó de decir esas palabras un fuerte viento sopló haciendo que las escasas hojas de los árboles volaran en medio del jardín del palacio. Jungkook soltó una bocanada de aire y salió de su habitación.

Caminó por el oscuro pasillo, ya nadie le decía nada, eso era bueno ya que tenía total libertad de ir por donde el quisiera.

Recordó que Mina le había prometido unas manzanas, cambió el rumbo y fue hasta la cocina. Si quería salir tendría que avisarle a la omega.

Dió unos pasos más hasta que divisó la cocina, pudo ver en medio de la oscuridad la espalda de Mina cerca de una mesa, Jungkook sonrió y comenzó a caminar más lento para asustarla, cuando vió que la espalda de la omega se tensó notó que ya lo había sentido, se detuvo y bufó.

La omega no se volteó.

"¿Mina?" dijo Jungkook con el ceño fruncido no entiendo porque la omega no se volteaba si ya lo había sentido "¿Mina?" volvió a repetir un tanto molesto ante la indiferencia de la chica, sintió como la omega soltaba un largo suspiro, luego de eso se volteó.

"¿Viniste por tus manzanas?" le respondió con una sonrisa, sus manos atrás de su espalda, Jungkook ladeó la cabeza.

"¿Qué escondes?" la omega levantó las cejas y rió.

"¿Yo?" el omega levantó una ceja "Nada" volvió a sonreír, Jungkook chasqueó la lengua, dió dos zancadas hasta quedar frente a la omega.

"No mientas ¿Que escondes?" la chica volvió a reír, Jungkook apretó la mandíbula. Tomó el hombro la omega y la movió.

Cuando Jungkook vió lo que había en la mesa se quedó en completo silencio. Giró lentamente la cabeza para así mirar a Mina "Dámela" le dijo estirando su mano, la omega agachó la cabeza y negó "Dámela Mina" dijo entre dientes, quería gritarle pero no podían hacer ruido.

"Perdón Kook" la chica dijo bajito, lentamente llevó sus manos al frente. Dió vuelta el puño y abrió su palma. Jungkook jadeó.

"¿Por qué?" le dijo tomando la piedra de la mano de la omega, esta tenía casi la mitad de su porte original "Tu sabes que es importante para mi, era la piedra de mi hermano Mina"

Tigridia - Omegaverse Taekook ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora