Capítulo 6

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"Tu no te vas a ningún lado, princesa"

Era Rebekah.

Estaba parada en frente mío, con una de sus manos en el picaporte, y con la otra se acomodaba el pelo.
Vestía unos pantalones color gris a cuadros, con un blazer del mismo diseño, y una polera roja claro.

No voy a mentir, se veía bellísima.

No pude responder la pregunta que me había hecho hace ya unos minutos. Estaba paralizada.
¿Qué hacía ella aquí?

Entre todo lo que hablamos el otro día en bar, nunca me lo comentó.
Y ahí es cuando se me viene una idea a la mente.
¡Es la dueña!
La famosa y misteriosa dueña.
¿Tendré razón?

-Permiso. -me dice ella, así que me hago a un lado y la dejo pasar.

Cuando entra, cierra la puerta detrás suyo y se acerca a mi, clavando la mirada fina en mis ojos.

Mi piel se estremeció. Esa mirada...

-Siéntate. -me indica. -Solo te robo unos segundos.

Me vuelvo a sentar en el sofá de antes, y ella se mantiene parada en frente mío.

-Esta bien, pero ¿qué haces aquí? -pregunto. -¿Trabajas aquí?

-No, cariño. -niega. -Yo estudié para ser exitosa y formar una empresa, no para trabajar en una. -explica.

Ahora todo tenía más sentido. Ella era la dueña de este gran imperio.
Es una de las compañías de moda más reconocidas mundialmente.

No supe que responder, así que solo me quede callada esperando a que me diga que hacía aquí.

No habló. No dijo una palabra en minutos, largos minutos. O al menos para mi lo fueron.

Recordé cada segundo de aquella noche. Como me besó, como me tocó, como nuestros cuerpos conectaron por un momento.
Pero también recordé cómo se fue, como me dejó allí sin dar una explicación alguna.
Como no la vi por semanas. Todo lo que me causó un beso.
La pelea con Chris, separarme de él, mudarme...

Y eso fue solo en dos semanas.

Rebekah sigue sin hablar, ya es incómodo.
Me levanto de mi asiento y me acomodo la ropa.

-Tengo una reunión, permi... -dije, pero fui interrumpida.

-Mentira.

Ok, eso no me lo esperaba.

-Yo soy la dueña, yo sé cuando alguien tiene reuniones, yo las organizo. -dijo, señalándose con el dedo índice. -Vuelve a tu asiento.

Me doy media vuelta, y cumplo con lo que me pidió. Después de todo, si no lo hacía, ella tenía el poder de despedirme.

-Entonces, ¿qué hago aquí? -pregunto.

-Vamos a hablar.

-¿De qué?

-Tu sabes de que. -me dice, acercándose más a mi.

BELOW THE BLANKETS © [en proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora