Capitulo 4

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Esa mañana me desperté muy temprano, daba vueltas en la cama pero era imposible dormir. Cuando el reloj marcó las 6:00 a.m. tomé mi celular y llamé a Lucas. Luego de una, para mí, larga espera, él contestó.

-¿Mora? ¿Te sucede algo?- Se oyó la voz ronca del Lucas al otro lado, al parecer lo había despertado.

-No, ¿dormias? Lo siento.- Hablaba demasiado rápido, la ansiedad que sentía era incontrolable.

-Sí, dormía.- Dijo susurrándo aún con la voz ronca.

-¿Por qué susurras?- Pregunté.

-Estaba... Estaba...- Se oyó el sonido de una puerta y luego continuó. -Nada, ahora sí. ¿A qué se debe esta llamada?-

-¿Estabas con alguien?- Sentí un poco de vergüenza en ese instante.

-No, bueno sí pero ya no importa.- Contestó él un poco avergonzado. -Vamos, ¿qué sucede?-

-Lo siento, te llamo más tarde.-

-No, Mora. Vamos, contáme.-

-Bueno.- Dije aún no convencida y avergonzada. -Sucede que anoche me llamó a mi celular Esteban Ferrando, me dijo que quería contar la verdad acerca de Valeria.-

-Eso es excelente, supongo.- Contestó entusiasmado.

-En cuanto puedas vení a mi casa, porque tengo una idea que me gustaría compartir.- Él aceptó y luego colgamos. Me sentí un poco molesta con respecto a su compañía y su intención de ocultármelo, no le veía razón para hacerlo, yo jamás le oculto nada por eso somos amigos.

Dave me llamo desde mi cuarto. -¿Qué pasa?- Dije mientras regresaba allí sonriendo.

-¿Qué haces a esta hora despierta?- 

-No podía dormir y tenía que llamar a Lucas.- Contesté mientras me sentaba de un lado de la cama.

-Ah, bueno.- Se levantó de la cama y comenzó a vestirse, ¿acaso estaba enojado? Nunca lo había visto así, al parecer mi llamado a Lucas le había molestado un poco, era evidente, pero no lo entiendo.

-¿Qué pasa?-

-Bueno, estamos durmiendo en tu cama y vos simplemente te levantas media hora antes de lo habitual para llamar a ese tal Lucas, es extraño.-

-Ou.- Estaba un poco confundida, no entendía bien toda esta situaciación. -Lucas simplemente es un amigo y compañero de trabajo.-

Cuando terminó de ponerse sus pantalones se sentó en la cama junto a mí, tomó mi mano, sacudió su cabeza y sonrió. -Lo siento, soy un estúpido.-

Sonreí aún confundida por toda la situación. -Está bien.- Él sonrió, se levantó nuevamente y continuó vistiéndose. -Creo que deberías conocer a Lucas,- Sugerí, el asintió. -él me lo propuso.-

-Está bien.- Me sonrió y me besó suavemente en los labios. -Debo regresar a casa.-

-Bueno, ¿te parece a las ocho?-

-Me parece.- Dijo él. -¿Qué tal en mi casa?-

-Sí, totalmente.- Dije algo entusiasmada y confundida. Ayer no quería que conozca su casa pero ahora sí, es un poco extraño.

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-Así que esta noche tendré el honor.- Dijo Lucas cuando le conté sobre la cena. Asentí. -¿De qué querías hablar? A parte de la cena.-

-Bueno, pensaba en no decirle a Rodrigo sobre Esteban.- 

Me observó algo confundido. -Pero nos va a echar.-

-No creo que lo haga, no desea tener un juicio ni nada parecido.-

Asintió sin entender muy bien. -¿No vas a hacerle la nota a Esteban?-

-Sí, pero pensaba subirla a internet de manera anónima.-

-¿Y pero nadie va a leerla? ¿Qué sentido tendría?-

-Sí lo van a hacer, un conocido de donde viven mis padres tiene una página en internet que es visitada por mucha gente, él y otros chicos escriben sobre deportes, espectáculos y actualidad, entonces cuando colgué con Esteban pensé que sería buena idea, así que lo llamé y me dijo que estaba interesado.-

-Eso es excelente.-

-Le dije que nosotros dos vamos a escribir.- Él sonrió. -No te iba a dejar afuera, somos un equipo.- Sonrió aún más.

Más tarde fuímos a la casa de Esteban, era una casa antigua de cuatro pisos, los techos eran altos, los pisos de madera crugían y las ventanas dejaban apreciar un bello y extenso jardín muy bien cuidado. Con Lucas nos sentamos a esperar en la sala de estar. Los sillónes eran mucho más cómodos que mi propia cama, las paredes eran tan blancas que parecían recién pintadas, los muebles y cuadros aparentemente del siglo XIX combinaban perfectamente. Observaba todo detenidamente intentando apreciar cada detalle, estaba admirada. Por la escalera de madera bajó Esteban, está también crugía, por eso llamó mi atención. -Buenas tardes.- Dijo el dueño de casa una vez que se acercó a nosotros.

-Buenos días.- Contestamos al mismo tiempo con Lucas y estrechamos nuestras manos.

-Gracias por venir.-

-Un placer.- Dije. -Tu casa es preciosa.-

-Gracias,- Sonrió él. -esta casa paso de generación en generación, aunque es un poco grande para que viva solo.- Miró a su alrededor y con Lucas simplemente asentímos. -Cuando declaré, mi esposa se fué de casa junto con mis hijos.-

-Lo siento.- Dije mientras nos volvíamos a sentar en aquellos cómodos sillones. Esteban asintió.

Nos quedamos un minuto en silencio absoluto. -¿Comenzamos?- Dije Lucas al fin.

Esteban acentó y comenzó a contar su verción de los hechos. -A Valeria la conocí en un hospital donde trabajaba, soy medico y ese día estaba de guardia, ella había ido con una amiga que estaba embarazada y no se sentía bien, pero yo no la atendí, cuando salí de mi consultorio me la crucé y al verla un poco preocupada le pregunté que le sucedía, entonces entablamos una conversación, yo no sabía que era menor de edad, ni ella lo dijo, si no jamás me hubiese acercado a ella, cuando me enteré ya era tarde, de verdad estaba enamorado de ella.- Sus ojos se llenaron de lágrimas, parecía sincero. -Una tarde mi esposa no estaba en casa entonces le dije que necesitaba hablar con ella, tenía que terminar la relación, era muy joven, entonces vino acá y le dije que no podíamos seguir porque quería a mi esposa.  Entonces Valeria se enojo mucho y se fué pero eso fue al mediodía antes que entre al colegio, luego no sé dónde fué.- Observó sus manos y luego volvió a mí. -Pero no la maté jamás podría hacer algo así, yo la amaba. Quizás si la hubiese llevado al colegio o si no la hacía venir a mi casa.-

-No es tu culpa.- Intervino al fin Lucas para intentar tranquilizarlo. -Jamás podrías haber imaginado que algo así le pasaría.-

-No, por supuesto pero aún así me siento culpable.- Suspiró compungido. -Había alguien que la estaba molestando,-

-¿Qué?- Dije sorprendida.

-Sí, alguien, no sé quién era. Ella me había contado que hacía varios meses había salido con alguien mayor que ella y él la molestaba, le enviaba mensajes de texto, decía que una vez se había aparecido en la puerta del colegio.-

-¿Te dijo su nombre?- Preguntó Lucas al instante.

-No.- Lo observó y continuó. -No lo dijo, pero me dijo que la conoció en un bar, pero no recuerdo el nombre, ella iba allí pero nadie lo sabía porque ella era menor.-

-¿Por qué no fuiste a la policía cuando apareció el cuerpo?- Pregunté.

-No quería que mi familia se entere de mi aventura.-

Había varias pistas sueltas que analizar, Estaban sabía mucho de Valeria pero al mismo tiempo no sabía nada, era como si ella le hubiese contado las cosas por la mitad o él contaba las cosas por la mitad. Al parecer Valeria era una chica bastante rebelde que le gustaban los hombres mayores y al parecer peligrosos.  

-¿Pensas que fué él?- Interrupió Lucas mis pensamientos, mientras subíamos al auto

-No lo creo...-

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