Capitulo 8

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Me quedo callado

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Me quedo callado. Tengo tantas preguntas sin respuesta, y no sé qué hacer. Miro mis manos llenas de tierra, nunca debí aceptar la invitación... Hubiera evitado tantas cosas. Necesito ayuda, pero de quién... sería útil si Elizabeth me dijera la verdad o por lo menos lo que sabía de ella, pero no sé cómo, quisiera mi hermano estuviera aquí, él era mejor que yo, en todo.

¿Qué puedo contarle a Rubén? Nada de Nana, tampoco de Elizabeth, menos de la sociedad... Llega de mi conciencia, del miedo o cautela: la respuesta. Miro a mi compañero de cuarto, sigue aguardando mi confesión.

Los juramentos también se rompen.

—Me han estado siguiendo —arremeto, él abre un poco más los ojos y parpadea—, desde antes de llegar —enfatizo con una mentira.

—¿Quién? ... ¿o quiénes? —alude emocionado.

—Todavía no lo sé, pero no es lo único.

—Entonces fuiste a investigar para descubrir al sospechoso —exclama excitado—, y él/ella te persiguió o tú lo perseguiste por el bosque, ahora sabe que lo buscas y por ello necesitas ayuda para ponerle una trampa.

Se pone de pie y empieza a balbucear un loco plan que incluye ardillas, un señuelo y dos opciones para dormir, luego de revolotear pensando su estrategia se detiene y me mira:

—Dijiste "no es lo único" —susurra desinflándose como un globo.

—Tengo un hermano —apunto.

Rubén se sienta.

—Él estudiaba aquí en Inzar, el año pasado, pero supuestamente dejó la academia y jamás volvió a casa.

—Crees le pasó lo mismo que a Ava —murmura.

—¡No! —grito—, él está bien, solo desaparecido. —Y nadie lo recuerda, pienso.

El pelirrojo pone sus manos en sus rodillas, observa al suelo, intento analizar qué significan sus gestos, la gran inhalación de aire y el subsecuente suspiro. Se pone de pie y me tiende la mano derecha.

—Lo encontraremos y descubriremos quienes te siguen —dice adelantado cualquier suposición mía.

—¿En serio me crees? —exclamo.

—Sí —Se pasa una mano por la frente—. ¿Sabes cuánto tiempo esperé porque alguien no pasara por alto todo lo que sucede aquí?

—¿Mucho?

Me he preocupado por nada, sonrío aliviado.

—Eso.

Es mejor de lo que esperaba, Rubén conoce la academia mejor que yo, seguro algo podrá aportar que sea útil para desvelar alguna incógnita. Tomo su mano sellando así nuestra asociación, él podrá saciar sus ansias de investigar un misterio y yo podré zafarme de todo este enrollo, encontrar a mi hermano y volver a casa.

N O ©  {Jugada desesperada #1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora