Naruto of the Saiyans

Capítulo 1: La Transformación de un Saiyajin

Capítulo Uno

La Transformación de un Saiyajin

Bardock podía sentir el intenso calor de la Supernova que Freezer había desatado en su planeta natal, ya que podía sentir la muerte lista para reclamarlo, pero incluso cuando la vida abandonaba su cuerpo, el guerrero Saiyajin solo podía sonreír con alegría sabiendo que su hijo lo haría... Se levantará más allá de sus propias limitaciones y vengará a su raza; sería irónico cuando ese día sucediera, ya que el miedo de Freezer de que la Raza Saiyajin fuera su propia ruina, y a manos del propio hijo de Bardock. Su hijo Saiyajin de clase baja algún día lograría la capacidad de convertirse en el legendario Super Saiyajin que era el más codiciado entre su gente... Sería glorioso.

“Solo desearía estar allí para verlo. Buena suerte... hijo mío”, —pensó Bardock, mientras cerraba los ojos y dejaba que la muerte se lo llevará con una sonrisa en el rostro.

O al menos... lo que pensó que era la muerte.

(En otro lugar, otra dimensión).

El Yondaime Hokage acababa de luchar contra Madara Uchiha, liberó al Kyūbi del control del hombre y llamó al Shinigami para sellar al Zorro Demonio dentro de su propio hijo. Algo que no tenía intención de hacer cuando el embarazo de Kushina alcanzó su punto máximo y el sello que sostenía al Kyūbi se debilitó hasta el punto en que el Zorro Demonio podría liberarse. Minato no sabía cómo estaba vivo Madara, mucho menos cómo sabía dónde estaba el escondite de Kushina durante las últimas horas del embarazo antes de sus intervenciones, pero el hombre había arruinado todo para el Hokage y su pueblo.

Ahora aquí estaba usando sus propios métodos de sellado, que en realidad eran el segundo lugar en comparación con los de su esposa, que unirían al Zorro Demonio a su hijo y convertirían a Naruto en un Jinchuriki. Minato no fue ingenuo al creer que la Aldea vería a su hijo como el héroe que él quería que fuera, ya que Jinchuriki era odiado por lo que sostenían, irónicamente por las mismas personas que los hicieron Jinchuriki en primer lugar, y sin embargo, el Hokage no quería esto para su hijo. El plan original era que Naruto recibiera al Kyūbi como lo hizo su esposa en una época mucho mayor cuando la propia Kushina ya no podía sostener al Zorro Demonio y dejar que la mujer usará sus propios métodos de sellado para transferir al Zorro de las Nueve Colas a Naruto.

Pero no todo sale según lo planeado.

“Es hora mortal. Di adiós a tu hijo. Tengo cosas que hacer”, —dijo el Shinigami, mientras veía al rubio dejar a su hijo en el suelo, el sellado finalmente se había completado, y deseaba que hubiera alguna forma de proteger al bebé una vida tan dura.

Es extraño cómo durante toda la pelea con el Zorro Demonio después de que Madara huyó, cuando Minato convocó al dios de la Muerte, nadie vio el cuerpo sangrante caer del cielo de donde provenía la entidad espiritual, y aterrizar en la espalda del Kyūbi. Como una pequeña pulga entre su pelaje, pero apenas sentida por la gran masa de chakra demoníaco, y también fue sellada en Naruto.

“Adiós hijo... lo siento por esto... nunca quise esto para ti, lo mismo con tu madre. Lo que sea que puedas pensar de nosotros en el futuro, lo entenderé, y no te odiaré por odiarme si la Aldea lo hace, lo que creo que harán. Todo lo que puedo pedirte es que aguantes lo que te reparten y sepas que tu madre te diría que lo devuelvas mil veces”, —dijo Minato riendo sabiendo que su esposa le diría eso a su hijo.

Habiendo dicho eso, el Shinigami tomó el alma de Minato Namikaze, pero antes de irse por su propia vida, el dios de la Muerte miró hacia atrás a Naruto y sintió que algo más había sucedido al entrar a este reino. Algo en la energía del bebé había cambiado repentinamente, pero fue refrenado por el sello con su marca, e incluso en parte por el propio Zorro Demonio. El Shinigami solo pudo concluir que fuera lo que fuera este algo, no era parte del chico, no estaba conectado con el Kyūbi y no estaba conectado a esta misma dimensión. Los otros poderes superiores siempre le habían dicho al dios de la Muerte que tal contrato era peligroso, ya que rasgaba parcialmente la estructura dimensional, arriesgando algo de otro lugar, de otra dimensión para pasar y entrar en esta dimensión.