👩🏻‍🎤 Capitulo 10

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Maddie

Mi vida los últimos dos días había sido estar encerrada en la habitación y únicamente salir a comer evitando encontrarme con Castiel, por ratos salía al jardín a regar las plantitas y a tomar un poco de aire fresco, estar ahí llegaba a ser agobiante.

Armin me había acompañado a la consulta, claro, yo había entrado sola mientras el me esperaba y ver a un montón de parejas felices, ilusionadas y derramando miel lo único que había logrado era bajarme el ánimo.

Yo también quería que esté proceso fuera así de bonito como para todas esas parejas.

— ¿Cuándo te vas a poner panzona?

— ¿Crees que esa es una buena forma de decirle a una embarazada? — arquee una ceja, divertida.

— No dije nada — se defendió.

— Me dijiste panzona — lo señale.

— Solo pregunte cuando te pondrás panzona, aún no lo estás.

Entrecerré los ojos.

— En unas semanas más lo estaré, creo.

Continúe caminando por los pasillos de la tienda de ropa para bebé.

— ¿En serio son tan pequeños los bebés? — pregunto Armin sosteniendo un pequeño mameluco.

— Supongo que cuando son recién nacidos son así de pequeños.

— ¡Mira ese! — dejo el mameluco que tenía en las manos y corrió hasta donde estaba otro, tenía el dibujo de un control de videojuegos— Llévalo— insistió.

— ¿No crees que ya llevo muchas cosas? — voltee a ver el carrito en el que llevaba varios mamelucos.

— Si, pero este se lo quiero comprar yo.

— Bien

Salí con algunas bolsas de ropa, el plan era comprar ropa para mi ya que me comenzaba a apretar la que ya tenía pero al final terminé comprando más ropita para el bebé que para mí.

Al llegar a la casa de Castiel, iba entrando con las bolsas y lo vi sentado en el sofá, a un lado de el estaba su amigo, Lys quien al verme sonrió a modo de saludo.

— ¿A qué vino tu amiguito? — pregunto Castiel caminando hacia a mi.

— Vino a dejarme, me acompaño a la consulta.

— ¿Por qué ese idiota tendría que acompañarte?

— Porque te recuerdo, Castiel que tú no quisiste hacerlo.

— Pues que ese idiota no te vuelva a acompañar.

— ¿Qué es lo que te molesta? — inquirí tratando de mantener la calma.

— Me cae mal.

— ¿Acaso estás celoso?

— ¿Por qué habría de estarlo? — río amargamente — Por mi, el puede quedarse contigo. De hecho, me haría un gran favor.

— Entonces, ¿Qué te molesta?

— No lo quiero cerca de mi hijo — solté una carcajada al escucharlo.

— ¿Ahora sí es tu hijo?, si mal no recuerdo según tu este bebé solo viene a arruinar tu vida así que no vengas a querer hacerte el buen padre ahora que no te queda, imbécil.

— ¡Cállate!

— A veces pienso que solo quieres joderme.

— Es justo lo que quiero. ¿No te das cuenta? Te odió.

Suspiré antes de tomar las bolsas que había dejado en el suelo y subir las escaleras hacia la habitación.

Me había contenido de llorar durante todo el día, desde que vi a aquellas parejas felices en la sala de espera de la clínica o en los pasillos de la tienda de ropa, pero en ese momento ya no pude más, me solté a llorar.

— Perdón por no haber elegido un mejor padre para ti, mi vida. Te prometo que voy a arreglar esto — acaricie mi vientre.

Me quedé dormida un rato, más tarde me levanté para buscar algo de comer en la cocina.

Me comence a preparar un sándwich, comencé a picar un poco de cebolla lo cual hizo que mis ojos no tardarán en lagrimear, de nuevo.

— ¿Sabías que tu bebé puede sentir cuando lloras o cuando estás triste? — me sobre salte al escuchar la voz de Lys.

El se paro al lado contrario de la barra, viéndome.

— Es por la cebolla — afirme.

— Lo digo por lo de hace rato, te escuché llorando— me quedé en silencio— Se que Castiel no ha sido muy amable contigo últimamente.

— Yo no se que hice para que me trate asi, trato de no molestarlo, trato de que esto no vaya tan mal para los dos, en serio — aseguré — No entiendo porque me odia tanto.

— No te odia.

— Pues demuestra todo lo contrario.

— El es un buen chico.

— Después de lo que me ha hecho no lo creo, honestamente.

— Se que es difícil de creer pero lo es, su vida no ha sido fácil y bueno el...

— Eso no lo justifica — murmuré, interrumpiendo— el no muestra el más mínimo interés en su hijo — tome aire— no me importa que me odie pero al bebé...

— Está asustado.

— Yo también estoy asustada y no por eso trato mal a los demás y busco hacer las cosas lo mejor que puedo, pero el no se esfuerza, ni lo hará.

— Creo que si lo hará, dale tiempo.

— ¿Tiempo? ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que el bebé tenga 20 años?

El negó con la cabeza.

— Deja que asimile lo que está pasando.

— ¿Y mientras me aguanto sus groserías? — ironicé.

— No, tampoco se trata de eso — mira yo voy a tratar de hablar con el, te prometo que todo irá bien.

Me encogí de hombros y continúe con lo que estaba haciendo, Lys salió de la cocina con un vaso con agua y subió las escaleras, unos minutos después yo hice lo mismo, estaba por entrar a mi habitación pero los escuché hablando en la habitación de a un lado, mi curiosidad era grande así que me pare enfrente de la puerta tratando de escuchar lo que decían.

— Le estás haciendo daño, ¿Sabes que está sufriendo?, La está pasando mal.

— Es algo que no me importa.

— Sabes bien que si te importa. La está pasando mal, Castiel.

— La pasa mal porque quiere.

— Ella de verdad te quiere y creo que tú también lo haces.

— Yo no la quiero, no podría.

— Te da miedo admitir lo que sientes por ella y tú solución es huir de esos sentimientos pero créeme que de nada sirve, lo único que estás logrando es alejar a una persona que te quiere de verdad y que por cierto, te dará un hijo.

— No sabes nada de mi, y te recuerdo que no estamos aquí para hablar de mi vida.

— Está bien, Castiel, ya no te diré nada más, solo no permitas que un mal recuerdo controle tu vida, no todas las personas te harán daño.

Después de eso no escuché nada más, ninguno de los dos hablo de nuevo.

Estúpido Rockero🎸 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora