🌉 Capitulo 14

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Maddie

Los días pasaban y en realidad las cosas iban mejorando, se notaba el esfuerzo de ambos por llevarnos bien, supongo que aún era difícil para Castiel aceptar la idea de que pronto tendríamos un hijo y estaba dándole su tiempo, tampoco quería presionarlo.

Estaba en la cocina buscando cualquier cosa dulce que comer, los últimos días me habían empezado a dar antojos más constantes, incluso había veces en las que acababa de comer y a los 5 minutos quería algo de nuevo.

Me quede parada con las puertas de la alacena abiertas, parada de puntitas tratando de alcanzar la caja de galletas de chocolate.

— Estúpida alacena — proteste en un murmuró.

— ¿Es una costumbre tuya insultar a los objetos? — la voz de Castiel me hizo sobresaltar.

— Me has asustado, me pudo haber dado un infarto.

— No seas exageraba — sonrió.

Se acerco a la alacena, estiró su brazo y me alcanzó la caja de galletas por las cuales estaba batallando.

— Gracias.

— ¿Antojos? — cuestionó, con una sonrisa de lado.

— Si, a este paso voy a subir como 20 kilos — suspiré dramáticamente — ¡Acabo de desayunar!

El solo sonrió negando con la cabeza, saqué una galleta del paquete y me la llevé a la boca, indignada.

Voltee a ver a Castiel al sentir su mirada sobre mi.

— ¿Qué? — cuestione dándole otra mordida a mi galleta, seguí su mirada que estaba sobre mi vientre — Ah, ya se, empiezo a parecerme a Winnie the Pooh, ¿No?.

— No — negó rápidamente— te ves her... — se cortó a si mismo— ya se empieza a notar.

— Si, de repente decidió empezarse a notar — dije, alegre— ya no puedo usar mis jeans normales — proteste.

Dio un paso hacia a mi, dudativo.

— ¿Puedo? — pregunto extendiendo su mano hacia mi vientre.

— Eh, si, claro — respondí, perdida.

Puso su mano sobre mi vientre y comenzó a mover el pulgar acariciándolo suavemente, yo solo me dedique a observarlo, enternecida.

— Parece increíble como ahí dentro está creciendo un bebé.

— Nuestro bebé — corregí.

— Si, nuestro bebé — esbozo una sonrisa.

Hubo un momento de silencio en el que solo nos dedicamos a observarnos.

— ¿Tienes planes para hoy? — pregunto, rompiendo el silencio.

— Si, hoy tengo consulta con el obstetra.

— Yo... ¿Puedo ir contigo? — pregunto sacando una galleta de la caja.

— ¿Lo dices en serio? — cuestione, perpleja.

— Si, claro ¿No quieres que vaya? — entrecerro los ojos.

— No, no, claro que quiero que vayas, es solo que no me lo esperaba, honestamente.

— Bueno, te dije que lo estaría intentando.

— Y eso me alegra mucho, en serio — respondí con una sonrisa.

Más tarde salimos camino a la clínica, a diferencia de otras ocasiones en el camino platicamos un poco, de nada en específico pero me sentía bien, el hecho de que me acompañará a la consulta era un gran avance. Durante la consulta Castiel estuvo atento a todo lo que decía el médico y en el momento que me realizaron la ecografía el no paraba de ver la pantalla donde se mostraba el bebé, podría jurar que incluso se veía feliz.

Todo marchaba perfectamente con el embarazo, si embargo, salimos un poco decepcionados pues aún no habíamos podido averiguar que sería nuestro hijo o hija.

— ¿Qué crees que sea? — preguntó Castiel, mientras conducía.

— No lo sé. ¿A ti qué te gustaría que fuera?

Se quedó pensando un momento sin quitar la mirada del caminó.

— Que sea un bebé sano, feliz y que se parezca a mí. — sonrío al decir lo último.

— ¿Y yo qué? — proteste, indignada — yo soy la que a pasado por las náuseas, vómitos y la que pasará por el doloroso parto, merezco que por lo menos saque mis ojos.

— Bueno, también que se parezca a ti. Una combinación de los dos, pero porfavor que no saque lo berrinchudo de su mamá.

— Y definitivamente tampoco lo gruñón de su papá.

Soltó una carcajada.

Antes de llegar a casa pasamos a comprar algo de comida rápida para cenar en la casa, estábamos jugando, otra vez.

— Deja de ser divertido cuando ganas todas las partidas, ¿Sabes? — protestó Castiel.

— Eres un pésimo perdedor.

— No lo soy, ¿Cómo es que eres tan buena?

— Bueno, Armin me enseñó — me encogí de hombros.

— ¿Armin? ¿Tu amigo?

— Ajá, mi amigo. — asentí.

— Ya, ¿Hace cuánto lo conoces? — inquirio extrañamente tranquilo.

— Desde que nací, supongo, no tengo el recuerdo exacto de cuando lo conocí.

— Supongo que son muy buenos amigos, entonces.

— Lo somos, también con su hermano pero siempre nos llevamos mucho mejor entre Armin y yo. Crecimos y maduramos prácticamente juntos.

Se quedó pensativo un momento.

— ¿Y nunca has pensado que tal vez podrían llegar a ser más que amigos? ¿O lo han sido?

No me pude resistirme a soltar una carcajada antes de hablar.

— ¿Por qué de repente empiezas a preguntar esas cosas? ¿Acaso estás celoso? — levanté las cejas, divertida.

No pudo ocultarlo, sus mejillas se comenzaron a tornar rojas, casi igual que su cabello.

— Solo es curiosidad —afirmo.

— Lo fuimos, si, pero creo que es algo que ya no tiene importancia justo ahora, éramos jóvenes, ni siquiera estoy segura de que cuente cómo algo — volteo a ver a cualquier otro lado que no fuera a mi, sin decir nada— ¿Sigues celoso?

— ¿Celoso? ¿De ti? — asentí con la cabeza, segura— ¿Por qué habria de estarlo? — me observo con el ceño fruncido.

— Eso lo sabrás tu, no soy yo la que está celosa — me encogí de hombros, divertida.

— Bueno, bueno, deja de hacerte ideas raras en la cabecita que no estoy celoso.

— Ajá — lo provoque.

— Mejor me voy a dormir, comienzas a ponerte insoportable.

— Claro, buenas noches — respondí, divertida.

— Descansa, buenas noches — respondió antes de dejarme sola en la sala.

Estúpido Rockero🎸 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora