Crónicas de una chica insegura.

Inseguridad 08.

Cuando me detengo a pensar detenidamente, me preocupa no ser buena amiga.

Sucede que desde que comencé la universidad e hice nuevos amigas, comencé a sentir que tener amigas tan sociables me consumía. Es extraño porque he cambiado con el tiempo y ya no soy tan introvertida como antes, pero sigo siendo lo suficientemente introvertida para querer huir cada vez que mis amigas tienen planes.
No es que odie pasar tiempo con ellas, por el contrario adoro hacerlo y una vez estamos juntas simplemente me dejo llevar y la paso increíble. El problema es, y suena feo decirlo de esta manera, que a veces siento que tener amigos es demasiado trabajo para alguien como yo.

Debo aclarar que disfruto mucho de salir a veces o de hacer video llamadas con mis amigas para distraerme. Amo juntarme con ellas y simplemente pasar el rato. Sin embargo, la verdad es que también soy una persona que realmente prefiere estar encerrada en su casa la mayor parte del tiempo, disfruto demasiado estar sola y tomarme demasiado tiempo para mí. No estoy acostumbrada a pasar la mayoría de mi tiempo con otras personas y cuando empecé a hacerlo fue increíble, pero agotador. Sé que sueno como una mala persona y a veces creo que realmente no merezco a mis amigas, pero es que no puedo evitar ser como soy.

No quiero ser cruel o hacerles sentir que no me importan, porque es todo lo contrario. Me importan demasiado y las amo, pero a veces exigen tanta atención y tiempo que entro en pánico. Quizás soy muy egoísta y me estoy centrando demasiado en mí, pero no puedo evitar sentir que entregar gran parte de mi tiempo a alguien más significa tener menos tiempo para mí.

Sobre todo en el contexto en el que estamos ahora. Con todo lo que está pasando en el mundo y lo riesgoso que puede ser exponerse al coronavirus, literalmente me la paso encerrada en mi casa todos los días, y realmente no tengo problema con ello. Estoy cómoda de esta manera, a pesar de que hubo un momento en el que si me afectó no ver a mis amigas.

Estar en casa todo el día es reparador para mí, no me molesta en absoluto, el problema llega con las video llamadas de casi todos los días. Al no tener oportunidad de reunirme con amigas, normalmente hacemos video llamadas que nos permitan estar en contacto y conversar, y es genial, me gusta... Solo que en realidad odio hacer llamadas... Bueno, no odio hacer llamadas, lo disfruto, lo que no me gusta es hacer llamadas tan extensas, ¿realmente deben durar más de cuatro horas? ¿No es eso demasiado tiempo? ¿Realmente debemos hablar todos los días?

Entregar tantas horas de mi tiempo es demasiado para mí, claro que en el momento en el que hago llamadas me divierto demasiado y me olvido de todo. Lo feo viene después, cuando acaba la llamada y me doy cuenta de que ya no tengo tiempo para mí.

Probablemente si me leen digan: "deberías decirle a tus amigas como te sientes, ellas van a entender" sí, lo sé. Debería hacerlo, pero no es tan sencillo, cada vez que acepto hacer una video llamada se ponen tan alegres que me hace sentir mal el si quiera pensar en rechazarlas. Y es que por el mismo hecho de que son extrovertidas y están acostumbradas a socializar 24/7, toda esta situación de encierro les afecta más. Mientras yo estoy tranquila y contenta estando encerrada, ellas la pasan mal estando solas sin poder ver a todos sus amigos, y yo entiendo eso y sé que les duele mucho, sé que la pasan mal y que a diario sufren de ansiedad por todo esto. Es por esa razón que me niego a rechazarlas cuando me piden hacer una video llamada, porque sé que para ellas esa video llamada significa dejar de sentir tanta soledad, significa sentirse acompañadas en el aislamiento y tener a alguien que las ayude a sobrevivir el día en paz.

Si para ellas es tan importante, ¿quién soy yo para hacerlas sentir mal al rechazarlas? Sí, son mis amigas y si les digo como me siento van a entender, pero no quiero que sientan que no pueden llamarme porque me molestarán.

Las pocas veces que les he dicho que no, han entendido perfectamente, pero he notado que se sienten tristes y eos me pone triste a mí. No quiero que estén mal, no quiero que sigan sufriendo y si con una video llamada puedo hacer que sean felices obviamente lo haré, pero tengo que admitir que en mi mente se repite: "tener amigos es agotador" ¿está mal sentirse así?

No odio tener amigos, me gusta mucho y me siento agradecida de tener en mi vida a personas tan hermosas que me hacen mucho bien, pero es como si ser amiga de alguien fuera un trabajo de 24 horas. Es como una familia. Por ejemplo, estoy con mi familia las 24 horas del día, y realmente llega a ser irritante para mí porque nunca puedo estar realmente sola en esta casa. Amo a mi familia, pero estar en un mismo espacio con seis personas cada minuto y segundo de mi vida es estresante. Por eso agradezco que cada uno esté ocupado con sus cosas, porque de esa manera no hay necesidad de realmente convivir y tengo mucho tiempo para concentrarme en mis cosas y darme un tiempo para mí.

Volviendo al tema principal, pensar de esta manera me hace sentir mal. Me pregunto si soy mala amiga o si en realidad estoy bien al pensar también en mí. No sé qué está bien o que está mal, siento que es correcto ponerme primero a mí, pero al mismo tiempo siento que hago mal al querer dejar de lado el bienestar de mis amigas solo para tener tiempo para mí, o solo tirarme a hacer nada lejos de todo contacto con seres humanos (menos mi hermana, estoy obligada a compartir cuarto con ella, así que es el único ser humano al que soporto cuando estoy acompañada por mi soledad) .

Me asusta seguir así por más tiempo, me asusta que mis amigas sientan que me alejo, cuando no quiero eso para nada. Me asusta que llegue un punto en el que ellas se cansen de mi forma de ser y me asusta también que piensen que soy una mala persona. Me asusta mucho todo esto y no sé qué debería hacer.

Porque quizás debería hablarlo con ellas, pero realmente no quiero hacerlo. Saber que valgo tanto para ellas y que mi ayuda y apoyo las hace sentir felices y tranquilas, me hace sentir feliz también. Saber que entregarles mi tiempo significa alegrar esos días horribles en los que el mundo las destruye, me hace pensar: "estás haciendo bien las cosas, mira esas sonrisas" y al final del día llego a la conclusión de que no importa cuánto tiempo deba entregar, o si después no tengo tiempo para simplemente estar sola, vale la pena.
Porque bueno, soy feliz con ellas y aunque debo compartir mi tiempo, también me divierto y me olvido de todos los problemas que también me atormentan. Así que está bien, ¿verdad? ¿No estoy volviendo todo esto algo extremadamente grande al pensar demasiado? Quizás solo debo dejar de pensar y disfrutar, y quizás sólo quizás aprender a decir que no de vez en cuando.