III

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Romualdo, al terminar de leer la carta dejó caer una pequeña lágrima sobre la mejilla de su rostro. Sacó un pañuelo de seda blanco de una cajita de madera y secó su cara con él. En el pañuelo estaban bordadas las iniciales E. R., Emila y Romualdo.

Rápidamente descolgó el teléfono y llamó a su novia, Aurora.

- Hola cariño...no, tanquila, es que he recibido una carta...sí, de un inspector. Dice tener información sobre...- Se detuvo unos segundos recordando la cara de su hija.- ...de Emilia...dice que vaya contigo, pero que no desvelemos nuestra relación...yo tengo que ir amor...vale, muchas gracias, te llamo mañana... en una casa de Navarra, pero ya te llamo...adiós, te quiero.- Posó el teléfono en la mesa y dejó perdida su mirada.

La casa del crimenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora