02

776 83 31
                                    

abrió los ojos asustado por lo estruendoso de su alarma, rápidamente estirando su brazo para alcanzar esta y hacer que se calle

Otro día de trabajo; apenas llevaba uno y ya estaba pensando seriamente en renunciar

Tras luchar unos Segundos con sus párpados que rogaban por volverse a cerrar, se levantó de su cama yendo directamente a su armario para tomar su ropa de trabajo que consistía en algo semi formal, siempre con un toque de morado

No veía a abril rondando por ahí, así que asume sigue dormida o quizás ya se fue

Sin darle mucha importancia, tomó una tostada y se la metió a la boca, mientras vertía algo de café en un termo (a pesar de que no le gustase, lo usaba para mantenerse despierto), tomó su celular, su abrigo y sus llaves, dio una última mirada a su hogar, viendo en la ventana de la sala un leve tono blanco

Estaba nevando

Sonrió ligeramente, la nieve le traía bonitos recuerdos

Salió de su departamento mientras pensaba formas para hacer que el equipo coopere, o más bien, que Leonardo lo haga, porque si tenía a capi, tendría a todo el equipo

Tomó el metro que lo llevaba hasta ese domo, aún pensando como sobornar a Leonardo, pensó por un momento en dinero, pero ¿que tanto le podría ofrecer el?, si el contrato como capitán del equipo fácilmente rebasaba el millón

Quizás con una modelo, una alta y atractiva modelo; suponía que caería con eso, aunque ¿y si era gay?

Sacudió la cabeza, riéndose de su ultimo pensamiento, un jugador de hockey no podía ser gay, más que nada porque sabía gracias a algo de investigación que las ligas varoniles de hockey eran muy homofobicas, así que el pensar eso era una idea ridícula

Llegó al domo y entró, tenían calefacción, lo cual agradecía, así podía pasearse sin tener que estar cargando ese pesado abrigo, por lo que lo dejó en las gradas, dirigiéndose a las oficinas donde ya debería estar su jefe

— ¡Morado!- Saludo este con entusiasmo, teniendo un buffet de postres en su escritorio y con un brownie en su mano

— Splints - saludo de igual manera, dedicándole una sonrisa – Creí que estabas a dieta - se rió

— Creíste mal, hijo, mi esposa lo intentó, pero no puede resistirse a preparar postres - apuntó a sus miles de tuppers con diferentes pasteles o Dulces, y una que otra cosa salada — ¿gustas?-

— Paso- negó con su mano, dirigiéndose al estante en donde había una tablet con una carpeta repleta de propuestas para llevar al equipo a obras de caridad, entrevistas, programas de televisión, y otras muchas actividades que los dueños del equipo pensaban que mejorarían la reputación de este

Todas eran buenas ideas en realidad, ¿pero como iba a convencer a esa bola de animales que les pagan por perseguir un disco para que cooperaran?

Frunció un poco su ceño y soltó un quejido, el cual su jefe notó

— ¿Que te aflige, hijo?- le preguntó dejando de lado su taza con chocolate caliente, prestándole total atención

— Leonardo me aflige- contestó mas para él mismo que para su jefe, rodando los ojos

— ¿Como?- preguntó otra vez su jefe, pues obviamente había dicho eso en un tono demasiado bajo, inaudible para el mayor

BLADESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora