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Leo se había estado comportando un poco raro desde dakota, al principio era como si no quisiera hablarle, después de el primer partido en el lugar, este se comportaba un poco diferente cada que conversaban, y después en Montana, donde lo había invitado a salir e incluso le pidió que le hablara de las redes públicas

No era tonto, sabía por donde iba todo esto, y a una pequeña parte de el le encantaba, la otra no estaba tan seguro

Splinter lo iba a ahorcar si combinaba trabajo con vida personal y siendo sincero no se veía al lado del cap, Leo era demasiado para el

Aunque eso de que lo escuchara hablar con genuino interés acerca de su carrera definitivamente provocó un cosquilleo en su estómago, en realidad nunca se había podido soltar a parlotear de su trabajo sin que la otra persona se aburriera e intentara cambiar de tema, ni si quiera con Abril, porque la morena había estudiado lo mismo, entendía que se hartara un poco si le daba toda la teoría de nuevo

Claro que tampoco llego a lo personal, pero... fue lindo de todas maneras, le ayudó a distraerse un poco de el problema familiar que tenía en estos momentos

Shelldon no quería regresar con su madre y esta se la pasaba culpándolo a él; ya habían pedido más tiempo a la escuela de su hermano y prácticamente estaba arreglado para que se quedara toda la temporada, pero la mujer no estaba de acuerdo, y en efecto armó un escándalo

Cerró sus ojos con fuerza unos momentos para evitar pensar mucho en eso, decidió ir a la cocina y hacerse un té, de lo contrario no iba a poder dormir

el suave olor a lavanda le hizo recordar de nuevo la cita, y como el azul le escuchaba con total interés y una sonrisa radiante, como solo este sabía sonreír

Sin quererlo un pequeño color durazno se posó en sus mejillas, y una pequeña sonrisa de esas clásicas que tienen los enamorados se le escapó de entre los labios, que por más que quisiera borrarla no podía, provocándose una risa por sus intentos fallidos

Sirvió su té y le dio un pequeño sorbo deleitándose con el calor y el agradable sabor, para después tomar aire y volverse a su habitación, sentándose en su cama a disfrutar su bebida, hasta que su celular empezó a vibrar

Lo tomó de su cama, viendo viendo nada más y nada menos que el contacto del capitán, cosa que lo confundió; el azul nunca le llamaba

Y sobre todo, ¿que hacía llamándolo a la 1 de la mañana?

— ¿Leo?- contestó

— ... ¿Que haces despierto?- escuchó al otro lado de la línea

— Te pregunto lo mismo - se cruzó de brazos, el azul rió

— Ven al estadio - dijo este — No tardes, y abrígate, hace frío -

— ¿Qu-? - iba a preguntar, pero el sonido de que le habían colgado se hizo presente, por lo que despegó el celular de su oído y se quedó completamente anonado mirando el aparato

su cuerpo decidió reaccionar casi por si solo después de unos minutos de shock, dejando de lado su taza de té, y parándose como rayo a ponerse algo que no fuese una pijama

Rápidamente sacó unos jeans rectos negros, algo holgados, unos centímetros más arriba del tobillo, los primeros tenis que pudo encontrar y unas calcetas largas moradas... para combinar

Se dejó la playera blanca que usaba de pijama, tomó una chaqueta morada, sus cosas, y se largó, sin pensar mucho, corriendo hasta el elevador y una vez este estuvo en la planta baja, corrió a la calle parando el primer taxi que se le cruzó

No quería aceptar que Internamente estaba emocionado por volver a salir con el azul, por lo que lo disfrazaba con un "tal vez pasó algo importante", mientras miraba la vida nocturna de la ciudad de Nueva York, tan activa y colorida como siempre

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