4. Visita a Pietro

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Manuel POV's

Sinceramente esta chica Bia, cada vez me cae mejor, note que no es muy abierta con sus cosas personales, y eso me parece bastante bien. No me gustan mucho las chicas que te cuentan su vida el primer día de conocerlas.

Después de el recreo, solo hice lo normal, clases, clases, y más clases. La verdad para ser mi primer día me estaban dejando muchos deberes.

Pero bueno, no es tan malo como en España, allá a veces salía a las seis de la tarde de la biblioteca. Claro, es que se me iban tres horas allí, me quedaba dormido. Entonces en casa debía hacer todos los deberes.

Vale, se me esta llendo un poco la pinza.

Me hice bastante cercano a Pietro, un simpático argentino, que le gusta mucho la cocina, y dice que de mayor quería ser abogado.

—Entonces...—me miró picaro Pietro—Bia Urquiza...

—¿Tu también? No me jodas—reí—¿Es que uno no puede tener amigas?

Pietro alzó una ceja—No en esta escuela—rió—No, pero no te preocupes, ella es buen partido.

Chasquee la lengua y lo mire agotado.

—Bueno, bueno ya, me detengo—bufó—¿Querés ir a mi casa después de clases? Recordá que tenemos tarea de Cálculo.

Voltee los ojos—Como olvidarlo...Odio Cálculo.

—Lo noté—me miró sonriente—Parecia que querias pegarte un tiro.

Hice una mueca.

—¿Entonces, te veo en mi casa? Prepararé Milanesa.

Listo, ya me convenció.

—Vale.

—Al rato te pasó la dirección.

(...)

—¿Te vas tan rápido? —escuché detrás de mi, así que voltee.

—¿Que?

—¿Porque tan deprisa?—sino me equivoco esta era Carmín.

—Eh...—me rasqué la nuca incómodo —Es que tengo tarea que hacer, con Pietro.

—Soy Mara—se presentó, ignorando por completo lo que le dije.

Soy pésimo para los nombres.

—Um, un gusto, soy Manuel, vale, adios, nos vemos—le di la espalda.

Iba una maldita hora tarde, no me importaba la jodida tarea, ¡Pietro debe estar saboreandose MI Milanesa!

Ella dijo algo a mis espaldas, pero no logre escucharla, ya que literalmente salí corriendo del instituto.

Como Pietro se haya comido mi almuerzo lo iba a matar.

Aviso, nada más.

Camine apresuradamente hasta la dirección que Pietro me había indicado. Pero no pude evitar ver como una chica morena, que ya conocía, subió a un auto bastante caro.

EL CHICO DE EUROPA [Binuel] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora