Capítulo 11 Holding Out for a Hero

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Spectacular Lincoln Loud

Capítulo 11 Holding Out for a Hero

"Where have all the good men gone, and where are all the Gods?"

Aquella noche no le tocaba patrullar a Lincoln, sino algo mucho más complicado, asistir a una cena de Acción de Gracias con Clyde en vez de con su familia, ninguna de sus hermanas quiso acompañarlo, seguían lo suficientemente decaídas (o distraídas en el caso de Lisa que fue a trabajar sin importarle que era día libre) como para no seguir la costumbre, la única que llevó consigo fue a su hermana Lily, quien iba en una cangurera de pecho, la niña ya tenía dos años y medio, pero para Lincoln no tenía peso alguno su hermana debido a sus habilidades especiales, también llevaba un puré de papas.

—¿Dode?—preguntó Lily.

—A la casa de Clyde, hace mucho que no lo visitamos.—dijo Lincoln sonriendo mientras miraba al cielo.

Aun recordaba todos esos años que pasó junto a Clyde como amigos inseparables, siguiendo series de comics, películas de fantasía y demás cosas, parecía una época tan lejana, como si de otro Lincoln se tratase «uno con padre» ... Lanzó un suspiro largo sin perder la sonrisa, tal vez lo más difícil de ir con Clyde era tener que celebrar algo después de lo que pasó.

Pero al mismo tiempo, él sabía que no podía seguir toda la vida recriminándose por lo que pasó aquella noche «Mentiroso». Aquel día solo tenía que preocuparse por no engordar debido a la deliciosa comida del señor McBride. Él definitivamente preferiría la comida de su propio padre, pero la del señor McBride cuando se esmeraba podía llegar a ser de los mayores manjares, sobre todo porque no tenía que pensar cómo economizar recursos para dar de comer a muchas personas, en esa casa seguían viviendo solo ellos y Clyde.

Ahí estaba frente a la residencia McBride, a diferencia de la mayoría de la gente en Queens, ellos vivían en una casa debido a estar en la parte buena de los barrios, Lincoln era plenamente consciente que Clyde tenía ese lujo debido a que uno de sus padres era médico y el otro policía. Ciertamente a veces pensaba cómo sería tener una casa separada del resto de vecinos, con un amplio patio y tal vez un árbol donde hacer casas de madera.

La vida en la gran ciudad no permitía nada de eso, pero tenía otras ventajas, como... No, de hecho, no se le ocurrió una sola ventaja.

—A veces me pregunto por qué me molesto en proteger la ciudad.—dijo mientras cruzaba el jardín con pasto, pasto de verdad, no el artificial que tenían dentro de la escuela.

Tocó la puerta al mismo tiempo que le daba órdenes a Lily de portarse bien, él sabía que la bebe no le entendería del todo, pero como mínimo tenía que lograr que ella no se comportase mal frente a los señores McBride, ellos aún tenían una imagen muy directa de ella como una creadora de popo profesional, o eso creía Lincoln, llevaba meses sin visitarlos, al menos en su casa, al Oficial McBride lo veía prácticamente cada noche, aunque eso era algo que no podían conocer.

La puerta fue abierta, abriendo el doctor McBride, el cual normalmente hubiera tenido una gran sonrisa en su rostro, pero al abrir la puerta parecía que estaba a punto de tragarlo la tierra, hasta que reparó en Lincoln y Lily.

—¡Lincoln, que sorpresa que vinieras!—dijo el señor McBride fingiendo felicidad.

—Hola, señor McBride, feliz día de acción de gracias.—dijo Lincoln lo más tranquilo que pudo.

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