Capítulo 16: ¿A dónde ir?

1.9K 259 57
                                    

(Kageyama)

Una vez, cuando Enoshita-san estaba enseñándome historia, le pregunte si al cambiar el pasado, el futuro seguiría siendo el mismo. Me respondió que no, al cambiar el pasado, el futuro también cambiaria...

Después de haber ganado los Inter High, Yuu, Akira y yo, nos pusimos a estudiar para poder dar los exámenes finales. Al mismo tiempo, también enviamos nuestras postulaciones para algunas preparatorias locales, y de Tokio, la cuidad cercana.

Creo que estaba demasiado metido en mis estudios, y en pensar a que preparatoria iría, que no me di cuenta, cuando las cosas en casa empezaron a cambiar... No note que mi madre empezaba a llegar, más feliz que de costumbre. No note, como a veces traía flores con ella, o algún otro regalo. No note, al hombre que venia a dejarla en la puerta, con un auto super lujoso... no note que todo ya había cambiado, hasta que fue demasiado tarde...

Yo volví después de uno de mis exámenes finales, a casa con ganas de solo acostarme y dormir, pues me había pasado la noche anterior estudiando. No vi el auto estacionado afuera, no me di cuenta de las voces que se escuchaban dentro de la casa, hasta que abrí la puerta...

Mi madre estaba en el sofá, sentada al lado de un hombre desconocido, mirando una película.

-Ya volví. -Hable, y mi madre me miro con una sonrisa incomoda.

-Oh, hijo... no te esperaba hasta la hora de la cena, ¿no tenias club hoy? -Me pregunto, y noté que el hombre, también parecía incómodo.

-Estaba muy cansado, y el entrenador dijo que nos podíamos saltar la práctica hoy. -Le respondí a mi madre. - ¿Quién es él? –

-Bueno... está no era la forma en que quería que lo conocieras... él es Kyouya, un amigo del banco con quien eh estado saliendo. -Mi mamá me lo presento, mientras yo me acercaba. -Kyo, mi hijo Tobio. –

-Es un gusto poder conocerte, tu madre habla mucho de ti. -El hombre me sonrió, y yo asentí.

-También es un gusto conocerte... yo estoy algo cansado, me voy a mi cuarto. -Literalmente corrí escaleras arriba.

Creí que el hombre se iría, pero, al contrario, mi mamá lo invito a cenar con nosotros. Después de eso, preste más atención, y no pude evitar ver que mi madre se había enamorado de él...

De todas formas, no era algo que a mi me perjudicara, y si hacia feliz a mamá, estaba bien con ello.

Seguí estudiando, reuniéndome con Akira y Yuu, para dejarle la casa sola a mi madre, y poco a poco, los exámenes se fueron terminando.

Fue en la noche de un viernes, que llegue a casa, y mi madre estaba muy ansiosa por contarme, que habían llegado cartas de varias preparatorias. Inmediatamente me las dio, y yo quise abrirlas, pero había hecho una promesa con Yuu y Akira, de abrir nuestras cartas juntos.

Los llamé, y me contaron que ellos también habían recibido varias cartas. Decidimos juntarnos al día siguiente, para ver a cuáles habíamos entrado.

Akira, Yuu y yo nos habíamos postulado para las mismas preparatorias, con el deseo de poder ir, los tres juntos, a la misma.

El sábado, nos sentamos en la sala de mi casa, con mi madre, y los padres de Yuu y Akira, tomando café en la cocina.

- ¿Listos? -Yuu pregunto, los tres estábamos muy emocionados. - ¿Con cual iniciamos? –

- ¿Qué tal los sobres violetas? -Sugerí, y ambos asintieron.

Las cartas violetas, pertenecían a Shiratorizawa. Akira entro, y yo recibí una beca deportiva, pero Yuu no lo logró... los tres desechamos las cartas. Habíamos pactado que iríamos a la misma preparatoria, y lo íbamos a hacer.

-Lo siento, Tobs. -Yuu me miro. -Sé que querías ir a Shiratorizawa por tu abuelo. –

-Sí, pero creo que mi abuelo hubiera preferido que fuera a una preparatoria donde pudiera estar feliz, y no voy a ser feliz en Shiratorizawa sin ti. -Lo abrace, y él me correspondió.

- ¿Seguimos con las verdes oscuro? -Akira nos habló.

Las cartas verdes oscuro pertenecían a Datekou, y resulta, que los tres habíamos entrado. Dejamos los tres sobres juntos, en una esquina de la mesa, como una posibilidad.

-Ahora abramos las verde agua. -Yuu nos dijo.

Las cartas verde agua eran de Aoba Johsai, y los tres habíamos entrado.

-No sé si esta sea una preparatoria a la que debamos asistir. -Akira nos miro con seriedad. -Oikawa-san está ahí, y no quiero que vuelva a pasar lo de primer año... -

-Akira, ya deja eso en el pasado. Oikawa-san debe ser más maduro ahora... espero. -Refute.

De todas formas, Akira siguió mirando la carta como si fuese lo peor que existiera.

-Puede ser nuestro último recurso. -Sugirió Yuu, y eso convenció a nuestra alma gemela de poner los sobres junto a los de Datekou.

Para continuar, abrimos unas cartas de color azul. Eran de la Academia Fukurodani. Yuu había logrado entrar, y a Akira y a mí nos ofrecían becas deportivas. Las dejamos entre las posibilidades.

Nos quedaban dos sobres más, unos de color rojo, y otros de color negro. Los rojos pertenecieron a Nekoma, y resulta, que nos daban a los tres, becas deportivas, por nuestro rendimiento en Kitagawa Daiichi, la mejor oferta hasta ahora.

Las cartas de color negro, eran de Karasuno, y también habíamos entrado los tres.

Miramos todas las posibilidades, antes de que Akira agarrara las de Aoba Johsai y las rompiera.

-El último recurso no es necesario con tantas posibilidades. -Nos dijo mientras se encogía de hombros.

-Lo hubieras hecho, aunque no hubiéramos tenido tantas ofertas. -Le replico Yuu, y yo sonreí.

-Bien, y ahora... ¿qué preparatoria elegimos? -Pregunte.

Datekou, Fukurodani, Karasuno o Nekoma... las cuatro eran buenas preparatorias, y tenían equipos fuertes, a los que yo ya conocía.

Mis almas gemelas y yo estuvimos pensándolo mucho, pero no estábamos seguros de adonde ir. Las ofertas de Nekoma y Fukurodani eran muy buenas, sin embargo, las dos escuelas estaban en Tokio.

Al final, hablamos con nuestros padres, y nos llevamos una agradable sorpresa.

-Akira, ¿si recuerdas que tenemos un departamento en Tokio, no? -La madre de mi alma gemela hablo. -Pueden mudarse los tres ahí, es lo suficientemente grande, y no tendrían que pagar renta. –

Aunque sonaba estupendo mudarnos juntos, yo no estoy seguro de dejar a mi madre sola en Miyagi. Se los hice saber a mis almas gemelas, y ambos me dijeron que aun teníamos tiempo para decidir a donde ir.

Mi madre termino decidiendo por mí. 

Deseo concedido, pasado reconstruidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora