4. Ese delta.

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Su caminar era un poco lento; por ello apenas iban llegando a las escaleras

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Su caminar era un poco lento; por ello apenas iban llegando a las escaleras. No era una larga distancia, sin embargo, por llevar tantas maletas, sus pobres omegas no podían con ellas. ¿Le importaba un poco? Quizá, más bien, no le importaba nada. Aquella alfa estaba molesta, lo suficiente como para no querer ver a sus omegas. A pesar de que hace unos minutos atrás, demostró su superioridad como la mujer alfa que era, seguía escuchando los murmullos de los omegas que cargaban sus maletas, en donde las mismas palabras se repetían: "es asqueroso caminar junto a ella".

Llegaron a las escaleras, la dama se detuvo en el tercer escalón para entonces mirar a sus acompañantes, todos ellos se enderezaron de golpe, sonriendo falsamente como siempre lo hacían.

—¿Quieren descansar? —preguntó la chica, se cubría el rostro con un pañuelo para no tener que oler las feromonas de los omegas cansados. En Harmonie, era primordial que aprendieran a vivir entre omegas, por el hecho de que, la clase baja cada vez era más, por ello, había demasiados omegas y betas en las últimas décadas, y para poder enfrentarlo, nació Harmonie, un lugar donde los jóvenes alfas y deltas, no solo estudiarían, sino que, aprenderían a vivir entre todas las feromonas de los omegas e iotas.

—No, señorita, estamos bien... ¿Su alcoba es la "a-trece"? —preguntó uno de los omegas, se inclinó un poco ante la joven, guardando respeto ante esta, aquel omega era el líder de su grupo, el mayor de ellos y quien la respetaba, ante todo, algo que provocó una sonrisa tranquila en Alessia, era tan grato saber que, a pesar de todo, aún existía alguien que te respetaba, y ese sentimiento solo podía causarlo este omega de nombre Yan.

—En efecto.

—Entonces, nosotros subiremos a su alcoba, puede adelantarse mi señora, le juro que no tardaremos demasiado, el señor Arnalot llegó hace unas horas, podría ir a verle si así lo desea.

—Gracias por la información, Yan, me adelantaré entonces, pueden dejar mis maletas en mi cama, iré a ver al hijo Arnalot.

Los omegas confirmaron la orden de la alfa; quien dio la media vuelta para continuar subiendo las escaleras. Finalmente llegó al tercer piso, chocando contra otro estudiante alfa, la mujer estaba por caer hacia atrás, ninguno de sus reflejos pudo reaccionar a tiempo, más que los del varón con quien chocó, quien la tomó del brazo para jalarla hacia él, pegándola a su pecho, una mano estaba en su cintura, estaban ambos en una posición de vals.

—Carolis, debe tener más cuidado —mencionó con suavidad el varón mientras daba unos pasos atrás, aun sosteniendo a la dama de la cintura y brazo. La jaló hacia él para entonces hacerla dar una vuelta. La soltó para luego pasar su mano derecha sobre su propia cabeza, hasta la cabeza de la dama, notándose que solo eran unos centímetros de diferencia entre ella y él.

—¿Qué pasa, Isak? ¿No notas que ya casi estoy de tu altura? —dijo burlona, Isak borró su sonrisa entonces, algo que desconcertó a Alessia, quien estaba sonriendo nerviosa. Miró a su alrededor, asegurándose de que nadie estuviese cerca. Fue entonces que se acercó con rapidez a la dama, quien estaba por empujarle como reflejo. La tomó de los hombros para acercarse a su oído.

Si no logras encontrarme || OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora