🌤Amor de verano;;
Han sido duros los doce años que transcurrieron, desde la primaria hasta la secundaria, en el instituto donde Clay obtuvo sus mayores recuerdos desde pequeño. Así que se toma unas grandes vacaciones de un año entero con todos sus...
George estaba divirtiéndose junto a Clay y Nick, patinando en su scooter, mientras ellos dos le perseguían. Y si lo atrapaban, el reto era que el castaño le daría un beso en la mejilla a su amigo.
George, como siempre, gritaba a donde quiera que vaya, y en el scooter no era la excepción, ver a sus amigos atrás de él le causaba incertidumbre, por lo que cada vez iba más rápido. Sin querer había empujado a un niño, George intentó consolarlo acariciándole la cabeza cuando sus amigos gritaban desde lo lejos. Le dijo adiós a aquel niño con una sonrisa y siguió escapando hasta quien sabe donde.
Se sentía como la máquina mas veloz de toda la ciudad. Iba pensando con más profundidad en sus sueños y metas. No le importaba nada a su alrededor, solamente los dos chicos que le seguían, cuando de pronto, miró para otro lado y ¡ahí fue!, punch, George cayó al suelo, con su cara desangrándose un poco por el impacto del fierro que no había visto.
—¿George?—dijo el rubio—¡George!—gritó, para así presenciar los últimos segundos del día en el donde su amigo estaría consciente. George estaba muy asustado, y empezó a toser sangre, un rojo se intensificaba en su cara, hasta definitivamente desmayarse.
—Dejamelo a mi, Dream—dijo Nick, sacando su teléfono para llamar a una ambulancia.
Clay abrazó con fuerza a su mejor amigo. Y una cosa era cierta, la apuesta sería cumplida, ¿no?, si es que George sobrevivía. El chico arcilla le tenía que decir a sus amigos, sin falta.
(...)
La sala era fría, y de por si, los chicos también sentían frío. No les importaba nada más que esperar a que su amigo se recupere.
—Hay que decirle a los papás.
Volteó, con brillos delatadores de preocupación en sus orbes verdes—¿Ah? ¿A que te refieres?
Decirle a los padres de Gogy, pues. ¿Sabes el número de teléfono de la casa?—Nick intentaba hablar normal, le encantaba la presencia de Dream, pero sabía que no le pertenecía.
—Esperame—salió de la habitación, para buscar el teléfono que este más cerca de él.
Mientras tanto, el pelinegro se recostó en el hombro de George, procurando que se sienta de lo mas cómodo aunque esté dormido. Comenzó a acariciar su sedoso y castaño pelo, mientras veía como se proyectaba en los lentes blancos de este una silueta de alguien. Por un momento se asustó, pero se dio cuenta que solo era un cartón con la figura humana. Siguió acariciándolo, un poco alterado, cuando notó que los ojos del chico se abrían con lentitud.
El chico abrió sus ojos con molestia, alzando su mano hasta la cara, haciendo una expresión de dolor. —Hey Gogy.
Estaba confundido, no sabía que había pasado con claridad y su vista aún estaba borrosa,—Nick...—no entendía nada. Pero ver a su segundo mejor amigo lo hacía feliz, aunque no sabía si era la realidad o era una ficción.—Duele...
—Lo sé—respondió con rapidez,—Pero solo fue un pequeño accidente, ya estás mejor, ya nos podemos ir. Yo ya tengo que ir a casa, es tarde—dijo, cuando escuchó como unos pasos sonaban desde lo lejos y se rió.—Oye, le debes un beso a Dream. Pasala bien—fue corriendo, interrumpiendo al rubio que llegaba hasta la habitación de George.
—¿Q-qué?—se sentó en la cama para ver como su amigo se distanciaba de él—¡Espera, Nick!—alzó la mano y gritando, para luego sonreír muy confundido.—¿Qué le pasa?—musitó, feliz.
Clay habló, concentrándose—Hey, George. Hoy ha sido un día muy especial, ¿no es así?
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