Quizás era la primera mañana de vacaciones que me levantaba pronto, pero era de esperarse, faltaba tan solo una semana para asistir a mi primer curso en Hogwarts y hoy iría a comprar los materiales al callejón Diagón.
Me preparé y bajé a desayunar donde un par de elfos domésticos me sirvieron la comida.
Elfos domésticos... Cada vez que los veo hacer todo el trabajo de la casa deseo con todas mis fuerzas que sean libres, pero... ¿que puedo hacer yo con tan solo once años?
Comí y para mi mala suerte mi padre apareció en el comedor.
- Jack.- Me llamó mirándome fijamente mientras yo mantenía mi mirada baja.
- Soy John, no Jack.- Dije con algo de molestia sin despegar mi mirada del plato.
- Eso no me importa. ¿Vas a ir al callejón Diagón a adquirir tus materiales?- Me miró esperando respuesta.- ¡Contesta maldito maleducado! Y mírame cuando te hablo.
Le miré a los ojos intentando disimular mi molestia.- Sí, padre, iré al callejón Diagón hoy.
Me miró unos segundos en silencio para luego hablar.- Bien, te acompañaré y no quiero peros.- Tras esto fue a su habitación a arreglarse.
Desearía con todas mis fuerzas haber ido solo a comprar mis materiales, de verdad que hubiese hecho lo que hiciese falta para ir solo. Pero la suerte parece no estar nunca de mi lado.
Mi relación con mi padre es algo complicada, él... Es un poco cerrado de mente, todo lo contrario a mí. Supongo que el hecho de que tengamos elfos domésticos describe a mi padre por sí solo. También dice que no tiene nada en contra de los nacidos de muggles y los mestizos, o eso dice en público. Cuando se queda a solas con un muggle las cosas no suelen acabar nada bien. Y también hay algo más, él quiere que yo acabe en Slytherin igual que él pero sinceramente no creo que esa sea la casa que me identifique.
Yo soy totalmente opuesto a mí padre. De eso no hay duda.
Cuando mi padre volvió de arreglarse cogió los polvos flu y viajamos a través de la chimenea hasta llegar al callejón.
Allí todo estaba lleno de vida y era alegre. Tengo que admitir que eso me devolvió la alegría que mi padre me había quitado.
Mi padre se separó de mí un momento para ir a comprarme el caldero. Ya habíamos estado en la tienda de Madame Malkin y me había comprado mi túnica. Así que mientras mi padre compraba mi caldero me quedé viendo los escaparates de las tiendas de alrededor.
Es curioso como a pesar de haber nacido en una familia de magos, más en una familia de magos de sangre pura, los Laurens, yo aún seguía fascinandome cada vez que veía la magia.
Mientras mirabas los escaparates, un chico de mi edad bajito, de pelo negro y corto y ojos marrones que parecía muy perdido se acercó a mí.
- Perdón, ¿sabes dónde está la tienda de varitas?- Dijo con confusión en su cara.
Le miré.- ¿La tienda de Ollivander?- El chico unos centímetros más bajito que yo asintió sin saber muy bien que responder.- Pues mira, está justo allí.- Señalé hacia la tienda.
- Dios, muchas gracias. Mis padres están con uno de los profesores de Hogwarts comprando unos libros para mí y el profesor me pidió que fuese a comprar mi varita.- Me sonrió.- Alexander Hamilton.
Entendí que se había presentado así que yo también lo hice.- John Laurens.- Le sonreí amablemente.- ¿Eres nuevo en el mundo mágico? Te noto algo perdido.
- Sí, soy nuevo. Hasta hace poco creía ser normal, un... ¿Cómo le decís?- Volvió a mostrar confusión en su rostro.
- ¿Muggle?- Le ayudé a terminar la frase.
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Hogwarts Hamilton AU
FanficJohn Laurens entra al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. -Lams -Mullette