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Alaska despertó desconcertada, con el olor de manzana y leña en el ambiente.

-Hey, menos mal que estás bien. Me has asustado.

Entonces los recuerdos le golpearon como una patada en el estómago.

-Lo siento mucho

-¿Lo sientes? No tienes nada que sentir, Alaska.

-Dios mío claro que si, desde que he llegado no he parado de dar problemas. -La chica se froto la cara con las manos en forma de frustración- Será mejor que me vaya.

-De eso nada, mi madre está preparando una tarta de manzana para ti -Adexe volvió a sonreír como lo hacía unas horas atrás-

-No hacia falta que os tomarías tantas molestias. -Y es que Alaska realmente se sentía mal, se sentía culpable de haber causado todo aquello y tan solo quiso volver a su casa para no volver a salir de allí-

-Cállate y come. -Le dijo Adexe dulcemente.-

[...]

Un rato después Alaska se sentía mejor, hablar con la familia de Adexe realmente le tranquilizó, y la tarta de manzana le hizo sentir mucho mejor, Nare hacia la mejor tarta de manzana que había probado nunca.

-¿Vives muy lejos de aquí? -Preguntó Nau-

-Realmente no, vivo bastante cerca.

-Genial , entonces te acompañaremos a casa. -Habló está vez Adexe, el cuál había recuperado su imborrable sonrisa desde que Alaska había despertado.-

-No hace falta, ya habéis hecho demasiado

-No es discutible, pequeña. No te vamos a dejar ir sola a estas horas.

-Esta bien. -Habló la pelirrubia dedicándoles una sonrisa sincera, cosa que no hacía en mucho tiempo.-

coffee - adexe y nauDonde viven las historias. Descúbrelo ahora