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-¡Papá!.- Grito la pelirroja mientras se abrazaba fuerte a su padre, estaba aterrada por ver la mayoría de los edificios caer y como escuchaba gritos y lamentos a su alrededor. La repetición fue peor, que solo ayudo a que otros se desplomarán más pronto. Este la llevaba cargando asegurándose de que no le sucediera nada, corrió innumerables veces, estando en el centro de la ciudad no era nada bueno en esas circunstancias. Había gente de aquí para allá, otros incluso buscando a sus familiares. Se detuvo antes de retroceder varios metros, confundiendo a su hija cuando escucho el estruendo y como ambos daban la espalda para evitar que el polvo del pavimento entrara en su sistema.

La niña se abrazaba con temor a todo lo que sucedía, de pronto el día perfecto con su padre se había vuelto una pesadilla. Cuando por fin dejaron de sentir la oleada, giraron a observar a su alrededor que se había pintado de una niebla densa.

-¿Estas bien?.- Preguntó, observándola asentir, palmeo el cabello de esta quitándole parte del polvo.

-Quiero ir a casa....- Declaro, aun sintiendo sus ojos queriendo llorar.

-Mm, iremos a casa, pero primero encontremos un lugar seguro, podría haber otra repetición.- Comento, su hija asintió volviéndose abrazar a el, sus manos apresando parte de la tela de la camisa. La abrazo más protectora mente, queriendo darle tranquilidad, aunque podría ser difícil en esa situación.

Intento ubicarse mientras intentaba escuchar con claridad, tal pareciera que todo se hubiera calmado y los edificios dejaran de caer.

-¡Yamato!.- Escucho que comenzaron a gritar, mirando a su alrededor mientras el polvo dejaba ver mas allá, comenzó a caminar con cuidado de no topar con alguien o de estar demasiado cerca de los edificios, incluso bajo sus pies podía sentir las grietas que había obtenido el suelo tras los choques. No escuchaba ningún auto y por el momento eso le calmaba.

Por fin había llegado a uno de los pequeños parques, los cuales la mayoría de las veces estaban rodeados de carreteras poco transitadas y edificios pequeños alrededor, observo unos cuantos árboles en el suelo.

-Papá, el puente...- Le menciono, el rubio fresa giro a ver este, notando que esta inclinado hacia un lado, ni aunque fueran por las gradas pasarían.- ¿Mama va a volver, verdad?.- Pidió saber, el alfa giro a verla, sintiendo también la tristeza que esta emanaba.

-Puede que mañana puedan tomar un barco.

-¿Mañana?.

-Sora, la linea debe estar completamente muerta estos días, temo que no podremos comunicarnos con ellos.

-¿N- ni saber si están bien?.- El ojo amatista señalo su cuello.

-Karma esta bien, de otra forma y hubiera sentido dolor en esta parte. Estoy seguro de que volverá a salvo con Sai y Kaito.

-..... Jamas debí decirle que fuéramos a un acuario.

-No te preocupes, nada de esto es tu culpa, aun no se puede saber con exactitud si habrá algún terremoto en nuestro país o en otro. Son cosas que pasan.

-Pero si no lo hubiera mandado, ahora sabríamos donde esta y podríamos reunirnos con ellos.

-¿Y no crees que aun nos reuniremos a pesar de esto?.

-Es lo que quiero.- Soltó unas lágrimas, volviendo aferrarse a su progenitor, este acaricio su espalda.

-No te preocupes, en estas circunstancias todos lucharían por verse con su familia a pesar de la distancia. Ellos regresarán aquí. Te lo aseguro.- Comento, escuchando su lento sollozo.

Se puso alerta cuando escucho unos metales rechinar, observando un edificio a la lejanía terminar por inclinarse hasta caer, paso saliva al ver los escombros. Estaba seguro de que incluso su casa se había agrietado por la magnitud y aunque se aseguro de no estar cerca de edificios altos, también esta la posibilidad de que haya sido destruida de algún lado.

(3ra Temporada) Omegaverse Asakar (AU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora