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los wheeler, excepto nancy, quién nadie dónde se encontraba en esos momentos con exactitud, estaban sentados en la mesa cenando.
──después de la cena, quiero que elijas unos juguetes para la venta de garaje ──hablo karen.
──está bien ──accedió desanimado.
──al menos dos cajas.
──¿dos cajas? ──reacciono con el entrecejo fruncido, sorprendido de la cantidad que pedía su madre.
──ya me oíste.
──estoy de acuerdo que regalen un par, pero el resto tiene mucho valor sentimental.
──valor sentimental ──repitió con una pista de mofa en su tono de voz.
──son pedazos de plástico, michael ──comento su padre.
──ya se llevaron al altari.
──sí no querías perder más juguetes, no debiste de robarle a nancy.
──no le robe, le pedí prestado ──puso como excusa el pelinegro.
──¿tampoco maldijiste al señor kowalski la semana pasada? ¿ni copiaste un trabajo? ¿ni molestaste a los padre de leah?
──quería hablar con leah, ellos no me dejaban. además, cualquiera hace esas cosas.
──si tu amigo salta de un acantilado, ¿tú también saltarás?
casí salto por leah, contesto mentalmente el chico.
──sabemos que tuviste un año difícil, pero hemos sido pacientes. no es el primer strike, ni siquiera es el tercero.
──es el vigésimo strike y estás en la banca, hijo. si tuvieras a mi entrenador, tendrías suerte de seguir en el equipo.
──dos cajas ──ordenó severa──. dos.
ღ
al terminar de cenar, bajo a su sótano para escoger con cuáles juguetes llenaría las dos cajas que le solicitó su madre, veía un juguete que le recordaba a su amiga, once.
sin embargo, al tomar otro juguete, el marco de foto que estaba en el mismo estante cayó al suelo, rompiéndose.
──carajo ──con cuidado sacudió los pequeños vidrios de la foto en la que salían ellos juntos: leah y mike. de pronto, el recuerdo del día que tomaron dicha fotografía invadió su mente.
