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──baja a la sala, mamá y papá llegaron.
──¿que cosa? ──se despertó repentinamente, sus rostro estaba inchado, con un ojo cerrado y el otro abierto, y su cabello desordenado bajo hasta la sala dónde sus padres estaban sentados.
──¿no podías venir a recibirnos más presentable? ──su madre la miro de arriba a abajo con desaprobación.
──pensé que vendrían en una semana ──comento bostezando.
──tuvimos unos inconvenientes. pero, cuéntame, ¿como vas en la escuela?
──como siempre, no existe nada interesante desde que no me dejan hablar con mis amigos.
──amigos, ellos no son tus amigos, leah. son gente inferior a tí con la que nunca-
──¿algo más importante que decir? no tengo ganas de hablar de la forma en la que ustedes arruinan mi vida con su clasismo.
──¿como te atreves, niña malcriada?
──siempre las clases sociales, que ellos no, que ellos sí por que son de mi nivel. no seré como ustedes quieran, ¿por que no me aceptan como soy realmente y me aman como tal?
──por que tu forma de ser está mal, sin clase, sin modales, leah. simplemente, nos daría vergüenza dejar que seas como eres, entiendelo.
──son estúpidos... como sea, me largo.
──¡leah, vuelve aquí ahora mismo!
un desastre en su habitación, las cortinas rasgadas, los cuadros rotos y un montón de hojas tiradas en el suelo al igual que la chica de cabello castaño que enfocaba su vista en el techo estrellado.
frunce el entrecejo, decidida, habla para sí misma──: no importa como sea, ellos jamás van a quererme, me tienen harta... así que el trato se rompe: volveré a hablar con los chicos. es mi vida, son mis amigos y nunca cambiarán eso.
miro una pequeña pulsera de colores en su tobillo izquierdo, misma que will le regalo en su último cumpleaños. pero como no midió bien su muñeca, le quedo grande, así que solía colocarsela en esa zona.
──cuando termines de destrozar tu habitación, baja por que tu amiga está buscandote ──hablo steve, recargado en el marco de la puerta para mirar el desastre que hizo su hermana.
──¿cuál amiga? ──pregunto desinteresada.
──la única amiga que tienes.
──me encanta tu insensibilidad ──chisto con sarcasmo.
bajo las escaleras y abrió la puerta principal, sin embargo, no miro a ningúna chica afuera.
──¡aquí no hay nadie, mentiroso!
──¡en el teléfono, babosa!
──ah ──solto──. ¡es tu culpa, no te sabes explicar! ──grito irritada, antes de tomar el teléfono.
