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¿Qué es lo que hay en ese sótano?

El día transcurrió totalmente normal. La escuela estuvo de lo más aburrida, y no había visto a Aaron en todo el rato. Solo me había cruzado por los pasillos a Dylan, y mencionó que no sabía nada de él. Dijo que desde anoche no había regresado, así que no le pregunté nada más porque sabía que anoche Aaron estuvo conmigo, y por nada en el mundo me gustaría que Dylan supiera sobre eso.

Dejé de darle vueltas al asunto y me centré en lo que tenía al frente: Mis amigos.

Estamos en nuestra cafetería favorita, tomando nuestros licuados como usualmente lo hacíamos después de un largo día de clases.

Lían nos estaba mencionando lo raro que estaba su padre y que le había comprado boletos para ir al partido de los Ángeles Lakers, pero su padre se negó. Lo cual era extraño porque Ian era fanático de Los AL

—Tengo miedo, saben... Él... ni siquiera sale de ese maldito sótano, y no quiere que me acerque —comenta Lían, con apenas un hilo de voz, tomó aire y continuó —. Creí que llevarlo al partido lo iba a animar... Pero él lo rechazó de inmediato. Es como si volviera a los tiempos de...

Conozco a Ian, sé que es un hombre callado y reservado desde lo que le pasó a su esposa. Trató suicidarse, pero Lían lo detuvo. Estoy segura de que justamente eso está pasando por la cabeza de mi mejor amigo. Tiene miedo de que se vuelva a repetir la misma historia.

—Sé lo que estás pensando —Habló Mel. De inmediato, Lían y yo levantamos la mirada hacia su dirección —. Sea lo que sea que tu padre esté pasando, tú estás ahí para él. Es una desgracia tenerte como hijo, sabes... —Sonrió un segundo—. Pero eres lo más importante que tiene, no te dejaría solo por nada en el mundo.

—Gracias, vómito de unicornio —suelta una pequeña sonrisa

—¿Gracias por qué? Es que tu padre no podría dejarte solo ni aunque quisiera. Eres un maldito desastre. Dudo que llegues a la semana vivo porque quemas hasta el agua, solo imagínate.

Sé que no lo dice en serio, solo trata de sacarle el toque tierno a lo que acababa de decir anteriormente y hacerlo reír a Lían. Por suerte, eso funciono, hizo que Lían, sonriera de nuevo.

***

Al llegar a casa y con todas las preguntas aun en mi cabeza, pensé en hacerme la que no sabía nada y llegar a mis conclusiones sola. Traté de comunicarme con Aaron, pero no daba señales de vida.

Pensaba si había hecho lo correcto en pedirle que rastreara la patente, justo ahora no confío en él; no confío en nadie. Aunque no sé en qué momento comencé a hacerlo.

Me puse a pensar en lo que había dicho Lían. "Mi padre no sale del sótano y tampoco quiere que se acerquen allí" era cierto. No lo había visto en mucho tiempo, para ser exactos; poco antes de lo de Cloe.