VIII

9 2 2
                                    

La verdad, estos días he recibidos más cambios emocionales que en toda mi vida y más sustos que buenas noticias. La rapidez con la que empujé a Ryan lejos de mí fue realmente impresionante; yo misma a duras penas la noté. Estaba realmente nerviosa, ¿quién rayos podría estar en este salón, el cual asumimos que estaba vacío, y se había quedado en la penumbra hasta este momento?

- Blyad', ¿es que nadie me deja en paz hacer lo quiero? -Dijo Ryan realmente molesto. Volvió a pronunciar esa extraña palabra que no había escuchado en toda mi vida, pero solo la decía cuando estaba irritado. - ¿Qué pobre infeliz se atreve a estar aquí jodiendo mi paciencia? Te vas a arrepentir.  -Siguió dirigiéndose a quien no había dado la cara aún.

- Infeliz sí soy; pobre... no tanto realmente. - Y mientras salía de la penumbra del rincón dijo: - ¿Tú y cuántos más harán que me arrepienta? - Era nada más y nada menos que Ian. El posible agresor detrás del chico apuñalado (o eso me había inventado yo). Me puse más nerviosa y a la vez roja de la vergüenza.

- No me jodas. Tiene que ser una maldita broma. - Dijo Roy con la actitud más jodida que antes.

- Yo lo describiría como una pesadilla más bien. - Ian y Ryan se miraban fijamente con odio, ¿qué les pasaba a estos dos? - No te basta con tomar los estacionamientos para coger, sino que también los salones.

- ¿Qué? ¿Ahora te dedicas a espiar mi vida sexual? -Dijo Roy con tono sarcástico.

- No, desafortunadamente me ha tocado estar en ciertos lugares en momentos incorrectos. -Tuve más vergüenza, ¿nos había visto en el auto? En fin, no me iba a quedar viendo esta rivalidad sin contexto todo el día, así que carraspeé y, al parecer, ambos recordaron que seguía ahí.

- Ah, hola, Athena. - Dijo Ian dirigiendo su atención a mí por primera vez. - Sinceramente creí que era otra persona, pues no pensé que tú... ehm... - se rascó la barbilla - no importa. - Sentí aún más vergüenza.

- Por favor, no pienses que esto es normal para mí. Suelo respetar los lugares. Solo nos dejamos llevar, pero te juro que no se va a repetir. Por favor, no le digas al director, nos sancionaría y yo estaría realmente apenada. - Odiaba tener que "rogar" prácticamente, pero no podía arriesgarme. Mis padres confiaban en mí.

- Mmmm, no lo sé. Hacer estas cosas en la universidad son una falta de categoría 4. Y eso, que son 5 categorías. - Dijo Ian mientras metía sus manos en los bolsillos de su pantalón gris mientras alzaba las cejas. Eso me preocupó más, ¿iba a delatarnos?

- Athena, no dirijas otra palabra tuya a este individuo. - Dijo Roy volviendo a atraerme a su cuerpo. - No va a decir algo sobre esto. - Dijo con dureza mirándolo fijo a los ojos.

- ¿Me estás amenazando? - Dijo Ian mientras se llevaba un chicle a la boca lo más calmado del mundo.

- Sí. - Dijo Ryan fríamente.

- Bien. - Dijo Ian. Luego tomó su mochila y se encaminó a la puerta.

- ¿A dónde vas? - Pregunté preocupada.

- A la oficina del director. - Dijo brindándome una sonrisa inexpresiva.

- Si sales de aquí y te diriges hacia allá habrá consecuencias, Oullete. - Siguió diciendo Ryan fríamente.

- No - dijo Ian saliendo - para tí habrá consecuencias. - Y salió tomando el rumbo a la oficina.

- ¿Qué demonios crees que haces? - Le dije a Roy.

- ¿De qué hablas? - Dijo tranquilo.

- Va a acosarnos y lo único que haces es amenazarlo. ¿Qué te pasa? - Dije alterada.

Sosiego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora