Capítulo 1

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Creí que no me daría tiempo de terminar todo el fic en octubre, por eso no lo empecé a subir, pero lo logré.

Ahora subiré toda la historia y si, esta contiene fluff y sexo pues entra dentro de mi intento por escribir un fic en kinktober n.n

Espero que os guste (=^w^=)

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Ser estudiante de UA conllevaba aceptar muchas cosas: el constante cansancio de superar sus límites; el mantener una dieta estricta; la ansiedad de no poder quedarse atrás tanto académicamente como físicamente; estar alerta cada vez que salieran a algún lugar público; aceptar que sus vidas correrían peligro constantemente; el que sus vidas personales dejarían de serlo para convertirse en un tema público; eso y mucho más era lo que un aspirante a héroe debía de aceptar.

Era difícil, pero con determinación no imposible. No obstante, el mayor problema era que si a toda esa presión le añades los sexos secundarios... digamos que la ansiedad aumenta. Ser alfa y héroe iba prácticamente de la mano. Betas hacían un trabajo bastante bueno, pero ¿un omega héroe? Casi impensable.

Y ese era prácticamente su problema. Durante toda la historia de UA no había casi ningún caso de un omega estudiando en el curso de héroes y es por ello que la mayoría de las veces los profesores ni se molestaban en mirar el sexo secundario de sus alumnos. Los que eran alfas se hacía obvio y por descarte el resto tenían que ser betas.

Por desgracia, ese no era su caso. No era beta como todos asumieron y no sabía si era buena idea corregirles. En su clase solo se conocían a cuatro omegas: Uraraka Ochako, Jirou Kyoka, Yaoyorozu Momo y Asui Tsuyu. ¿Algo en común entre ellas? Exacto, que eran mujeres. ¿Su caso? Que no era precisamente eso. Y ese era el problema. ¿Un omega hombre? Ellos eran prácticamente un mito. 1% de entre toda la población masculina. ¿Quién se preocuparía en revisar si era omega? Era tan improbable que daba risa.

Ahora bien... ¿y si dos omegas hombre estuvieran en la misma clase? Eso es como pedirle a Todoroki Enji, más conocido como Endeavor, que ganara el premio a padre del año. Así de imposible. Solo que al parecer el mundo parecía querer que dos de ellos coincidieran.

Así es... Midoriya Izuku y Kaminari Denki resultaron estar dentro de ese 1%. Lo supieron nada más verse. Incluso llevando supresores de olor al nivel de parecer que se habían bañado en aquel perfume, ellos aún así fueron capaces de notarlo. Su instinto gritó cuando cruzaron miradas por primera vez. En parte no era algo malo. Por fin tenían a alguien que comprendía lo que les sucedía en un 100%, pero había algo que desequilibró su mundo.

¿El qué? Mudarse a los dormitorios. Aquello les estaba pasando factura puesto que podían aguantar el mantener sus olores e instintos a raya siempre y cuando que al llegar a casa se envolvieran en cosas con sus olores. Necesitaban dejar salir a sus omegas todos los días o sus mentes sufrirían las consecuencias.

Cuando tuvieron que irse a los dormitorios, notaron algo que debió ser obvio desde del principio, pero que nunca tomaron en cuenta. Nadie sabía de su estado ni siquiera los profesores por lo que estarían compartiendo espacio con alfas y betas, algo que no pensaron sería tan malo, hasta que la primera vez que entraron a la sala de estar fueron golpeados por el potente aroma de distintos alfas, todo entremezclado.

Claro que no tenían por qué usar supresores en los dormitorios, era tan obvio que no lo pensaron y casi que huyeron de allí, con los ojos llorosos y las respiraciones agitadas.

Por suerte nadie lo notó, pero fue una clara llamada de atención para ellos.

Vivirían con alfas. Con adolescentes hormonales que todavía no controlaban del todo sus instintos y necesitaban esparcir su olor para reclamar territorio.

Take care of meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora