Fluff time! Me encanta lo adorables que son todos en este capítulo n.n
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Los oídos le pitaban. ¿Le gustaba a Kacchan? ¿Desde cuándo? ¿Cómo? Y más importante... ¿por qué? Esos eran los pensamientos que llenaban la mente del pecoso quien no se había movido ni un ápice de su sitio en el suelo. Ni siquiera se había percatado del creciente pánico que sus compañeros sentían en esos momentos.
Por su parte la mente del ojiámbar era completamente opuesta a la de su amigo... el vacío, el más absoluto silencio era lo que lo ocupaba. Simplemente la información recibida había sido tan impactante que no lograba procesarla. Su cerebro había entrado en corto circuito, casi como cuando utilizaba demasiado su quirk.
Los demás no sabían si acercarse a los chicos en el suelo, gritarse entre ellos, ir a por ayuda... Parecían pollos descabezados, yendo de una punta de la sala a la otra.
Bakugo miraba fijamente a quien consideraba su mejor amigo desde que tenía memoria, la misma persona que juró querer y proteger a la tierna edad de cuatro años, a la persona con quien soñó, sueña y seguirá soñando con pasar el resto de su vida junto. Sus pulmones seguían llenándose de aquel aroma que podía atribuir a Izuku, incluso aunque fuera la primera vez que lo olía. Jazmín y manzana es una combinación tan única que solo podía pertenecerle a ese adorable joven sentado en el suelo.
Volvió a coger aire y a expulsarlo lentamente. Tenía que tranquilizar a su alfa el cual aullaba extasiado de tener a su omega tan cerca. La maldita bestia había soñado y ansiado aquello durante tanto tiempo que se le estaba haciendo difícil el mantenerla a raya. Con paso lento comenzó a caminar hacia ambos omegas y aunque estos parecían ausentes, se aseguró de estar en su línea directa de visión. Mejor prevenir que curar. No quería sorprenderles al aparecer de repente en frente de sus narices y empeorar las cosas.
Cuando llegó a su destino se acuclilló enfrente del de cabello musgo y dejó salir su aroma de forma sutil y calmada, con la intención de no abrumarlos, de simplemente anunciar su presencia y cercanía. Notó como ambos inhalaban y relajaban levemente lo que le hizo suspirar algo más aliviado. No se habían perdido del todo, simplemente habían quedado estupefactos al tener demasiada información para procesar. Normalmente la reacción no habría sido tan severa, pero después del día que llevaban era algo de esperar.
Levantó ligeramente la mano, asegurándose de no hacer ningún movimiento brusco y con cuidado lo depositó encima de la mano que cubría su cara. La dejó ahí un rato, asegurándose de que el más bajo no saltaba ni rechazaba el contacto. Cuando lo tuvo claro, hizo lo mismo con la otra mano y poco después las apartó del rostro ajeno dejando a la vista esas hermosas gemas que el omega poseía.
- Zuku... - susurró suavemente el apodo de cuando niños. No solía utilizarlo mucho, más acostumbrado a llamarle Deku, pero cuando quería hacer sentir seguro y tranquilo al menor, prefería ese apodo. Después de todo, mucha gente llamaba a este como Deku, más desde que decidió convertirlo en su nombre de héroe, pero Zuku... era solo suyo, algo que no permitiría que nadie le quitara jamás.
Los orbes esmeralda brillaron ante esa palabra, recobrando algo del sentido perdido. El menor hizo el amago de volver a tapar su cara, pero no se lo permitió, tirando de las manos que seguían presas de su agarre hizo que la cara contraria acabara sobre su pecho. Soltó sus manos a favor de pasar sus brazos por la cintura ajena hasta atraerle hacia su persona del todo, logrando que se sentara sobre sus rodillas y entre sus piernas. Siguió liberando su aroma con suavidad y de su pecho salió un ligero ronroneo que llegó directo al cerebro del omega el cual se relajó hasta el punto de cerrar los ojos y acomodarse mejor para poder escuchar ese sonido, junto al latir del corazón del rubio.
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Take care of me
FanfictionNo le molestaba que asumieran cosas de él. No creyó que fuese importante. No hasta que un día todo salió mal. Al menos descubrió algo que le llevaría a un futuro más feliz junto a la persona que había querido desde que tenía uso de razón. *Los perso...