«AU» ★Bajo la luna★ [KillerRich]

Capítulo 6 - El Plan

Pov Killer:

La fiesta siguió relativamente calmada con unos que otros tragos de parte de todos nosotros (los cuales por suerte eran fáciles de extraer y fabricar, además de causar esos efectos tan característicos del alcohol humano). A pesar de que era de los mayores allí realmente no era mucho de beber esa clase de tragos y prefería algo más ligero aunque con cierto toque "alcohólico".
Por otro lado Rich y Rubik eran lanzados a lo más pesado y grave de todo, casi como si fueran sedientos en medio desierto. Realmente no me molestaba mucho el hecho de que tomaran, me molestaba era el hecho de que después me tendría que llevar a Rich con los cachorros (que cabe decir la pésima influencia que deben tener…).

– Bueno… fue un placer conocerlos a todos y quisiera quedarme más tiempo (en realidad no), pero tengo que llevarme a las crías. – mencioné algo fuerte para que me escucharán.
– O-oh… vale Kill- *Hip* Killer… cuídate… – dijo a duras penas Rubik.

Y así tranquilamente tomé del abdomen a Rich (quien ya se había dormido), le dejé en mi lomo y comencé a caminar tranquilamente hacia la zona donde estaban los cachorros, los cuales llamaría con un suave aullido pero lo suficientemente fuerte como para que me escucharan y me hicieran caso.
Una vez todos detrás mía comencé a caminar fuera de la cueva bajo la montaña dirigiendo mi andar hacia la ruta más rápida al territorio de mi clan, que por la tontería de las bebidas y demás se me pasó el tiempo y ya era prácticamente medio día, y eso que partimos a la mañana.
A pesar de que el camino más rápido era bastante peligroso pues pasaba por la zona del clan Nova prefería ello a pasar por el puente del río y llegar mucho después.

– Clan Nova… allí voy. – dije suspirando.

Directamente me adentré a las afueras de su territorio haciendo el menor ruido posible para evitar ser detectado, cosa que asemejaban las crías a la perfección. Aprovechando varios arbustos de la zona yo y los cachorros nos metimos dentro de algunos para así disfrazar nuestro olor y dificultarle a los guardias del clan Nova que sepan que estábamos allí por nuestro aroma.
Por suerte no era necesario atravesar demasiado territorio Nova, pues su territorio tampoco era la gran cosa así que en poco tiempo estaría ya fuera de aquí y podría seguir tranquilamente mi camino a mi territorio.

Todo iba bien hasta que, pocos metros pasados del territorio del clan Nova un fuerte pinchazo seguido de zarandeo me sacó de onda y me noqueó momentáneamente por lo repentino del ataque. Cuando me percaté un fuerte golpe me dió en toda la cara haciéndome girar levemente la cabeza al lado. Giré mi cabeza rápidamente para ver qué era lo que me estaba atacando y ahí presencié el verdadero terror: un ciervo tenía su cuerpo mirando al lado contrario mío mientras levantaba sus patas traseras listo para dar una gran patada.
No tuve tiempo de reacción alguno cuando aquella poderosa patada me golpeó en todo mi hocico haciendo volar uno que otro colmillo mío y obligándome a escupir sangre.
Por suerte escuché que los cachorros se habían escondido junto a Rich por lo que rápidamente me levanté y esquivé de pura suerte la siguiente patada que pretendía encestarme aquél ciervo.

Con agilidad salté hacia una roca apoyándome en ésta y usando mis patas traseras para lanzarme hacia el ciervo y darle un poderoso zarpazo en la cara dejándole un patrón de tres enormes cicatrices que recorrían el perfil de su cara. Una vez en el suelo me dí la vuelta y me lancé a por una de las patas del ciervo quien respondió con un fuerte golpe a mi lomo con su otra pata mientras gruñía con fiereza al igual que yo.
Después de mucho zarandeo pude arrancar un poco de piel de la pata del ciervo haciendo que para caminar tuviera que esforzarse más con esa pata. Ya hecho mi objetivo me lancé a la otra pata del ciervo quien no paraba de gruñir y rugir con terror.
Ya con sus dos patas lastimadas tiré de una de ellas obligándole a caer al suelo, pero una cornada suya me obligó a retroceder ya que por poco y me golpeaba directamente en mi ojo derecho. Fuera de todo pensamiento racional el ciervo se levantó aún con sus patas lastimadas y se lanzó a atacarme con su cornamenta buscando apuñalarme, cosa que logró parcialmente ya que clavó uno de sus picos en mi abdomen haciéndome rugir con fiereza. No era grave ni mucho menos pero el dolor era innegable.