Capítulo 17 - Tormenta

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Pov Narrador:

Nuestros protagonistas siguieron caminando por el desierto resistiendo el ardiente calor del desierto. El pequeño zorro fennec estaba siendo cargado por el fénix al igual que el conejo y la nutria. Por el contrario el lobo gris caminaba junto al chacal, mientras que el gato negro caminaba debajo del coloso de roca mientras el lobo blanco se frotaba constantemente contra el cuerpo del coloso de roca ya que su cuerpo se encontraba en una constante baja temperatura.
Todos caminaban con cierta velocidad ya que querían llegar lo más rápido posible, pero su mala suerte les jugaba en contra pues el ambiente alrededor comenzó a soplar de repente con gran fuerza.

To: ¿Hmm? ¿Notan eso? –
Co: ¿Qué cosa? –
Sili: Si, ¿Qué cosa? No siento nada. –
Za: Menos yo. –
Kau: Tampoco. –
Cris: Che, ¿Por qué de repente comenzó a soplar? –
Ri: Si, ¿Por qué? Un montón de arena está volando y se me queda pegada al cuerpo. –
Ki: ¿No será una…? –
Ru: ¿Una tormenta de arena? No creo. –
Sha: Rusbi… mis orejas se llenan de arena… –
Ru: Calma Shadoune. –
To: Será mejor que busquemos un refugio o similar si queremos seguir. –
Za: Y antes de que llegue la tormenta de arena. –
Kau: Veo algo a la lejanía, vamos allí. –

El lobo gris avanzó hacia una construcción extraña de rocas las cuales podrían funcionar como una protección contra la enorme tormenta de arena que se estaba aproximando. Los demás animales le siguieron el camino a un paso más o menos rápido pues grandes olas de arena voladoras se comenzaban a divisar a lo lejos. Una fuerte tormenta de arena se dirigía a ellos.

Kau: Espero sea suficiente. –
Za: Puede que sea una tormenta de polvo y no de arena ¿Saben? –
Co: ¿Y qué tienen de diferencia? –
Sili: Seguro es sólo el nombre. –
To: No, una tormenta de arena y una tormenta de polvo son diferentes. –
Za: Por el nombre se sabe qué clase de cosas vuelan por ahí. –
To: Una tormenta de polvo genera nubes y neblinas enormes que no dejan ver además de ser nocivas para el sistema respiratorio. –
Za: En cambio una de arena es más peligrosa ya que golpeará con más fuerza y puede que dure más. –
Ri: Y… ¿Cuánto duran? –
To: Puede que unas horas. –
Za: O días… –
Ri: Entonces debemos buscar un mejor refugio. –
Ki: ¿Pero dónde…? –
Ru: Yo puedo volar e ir más rápido… iré a buscar alguna cueva o similar. –
Za: ¿Eh? –
Ki: ¡Pero Rubik!- –
Sili: No estás hablando en serio. –
Co: ¿Perdiste la cabeza? –
Cris: ¿Tás bien? –
Ru: Es nuestra única opción. Nos queda un poco de tiempo antes de que llegue la tormenta. Iré a buscarlo. –
Sha: ¡Pero Rusbi! –
Ru: Iré yo sólo Shadoune. –
Sha: ¡No! ¡Iré contigo! –
Ru: ¡Pero!- –
Sha: ¡Te ayudaré! –
Ru: No puedo decirte que no… ¡Agh! Bien, vamos. –

El zorro fennec se aferró al cuerpo del fénix mientras los demás les miraban con preocupación. Era una mala idea pero tenía razón: no tenían de otra opción.
Desplegó sus alas, movió sus plumas y se preparó para un vuelo complicado mientras el zorro movía su cabeza quitándose la arena de sus orejas para así poder escuchar mejor si algún peligro se acercaba.
Dando un fuerte saltó el fénix comenzó su vuelo en busca de alguna cueva o similar donde pudieran refugiarse de la tormenta de arena que se acercaba (si, es de arena).

. . .

El ambiente se ponía cada vez más y más pesado mientras que ambos no podían encontrar ningún refugio o algo similar a eso. El fénix comenzaba a perder esperanzas y fuerzas pero el zorro fennec se mantenía atento a todo lo que veía. Al ser de la especie fennec estaba acostumbrado y adaptado a resistir tormentas de ese estilo por lo que su vista era algo mejor que la del fénix.

«AU» ★Bajo la luna★ [KillerRich]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora