Capítulo 4 - Enseñanzas

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Pov Narrador:

La suave brisa de mediodía y la calurosa luz del sol eran totalmente ignorados por aquél pequeño animal que observaba el brillante río que reflejaba los cálidos rayos del sol cual espejo de gran calidad. Hipnotizado por tal belleza el felino no se percataría que el enorme lobo blanquecino se había acercado a la orilla del cuerpo de agua y le estaba esperando para enseñarle una de las primeras cosas que aprenden los cachorros de lobo: pescar.

– ¿Vas a tardar más? – dijo el lobezno mirando con una sonrisa al felino.
– A-ah… perdona, es que nunca había visto algo tan bello… – respondió el pequeño gato.
– ¿No hay ríos en tu ciudad? Mínimo deben haber lagos… humedales… algo ¿No? – preguntó el can.
– No, realmente no los hay. Apenas y hay árboles en esa ciudad… – mencionó algo decaído el gato.
– Oh… qué mal… – finalizó el blanquecino.

El felino se acercó al can sentándose a su lado derecho mientras observaba al caudaloso río que provenía de una gran cascada brillante cual espejo. Nunca había visto una cosa tan bonita como aquella, y eso que apenas era su primer día en lo salvaje.
El lobezno le llamó con algo de delicadeza haciendo reaccionar al felino, el cual vería atento al can.

– Bien, ésto es fácil. Te quedas en la orilla mirando al río totalmente quieto, esperas a que algún pez pase por en frente tuya y… ¡Zas! Lo sacas del agua con un zarpazo. ¿Vale? – explicó el peliblanco.
– Entiendo… aunque no creo que me resulte. – dijo algo dudoso el felino.
– Lo lograrás. Mira, te doy un ejemplo. – mencionó el lobezno.

Y dicho eso se posicionó frente a la orilla del río mirando detenidamente el agua cual águila a su presa, inmóvil. Un par de segundos de silencio pasaron, segundos cruciales para el canino e interesantes para el felino, el cual veía con ojos brillosos las acciones del lobo.No podía esperar a conseguir su primer y propio pescado.
Un par más de segundos de silencio pasaron hasta que de repente el lobezno con un rápido zarpazo sacó un pez del agua y le lanzó a la orilla dando por hecho su victoria ante la emoción del pequeño peludo.

– Tadaaaa, y así consigues comida fácil. – dijo el lobo.
– Ooooh… eso fue épico… – mencionó el pelinegro con asombro.
– Y tienen un sabor irresistible. – mencionó el can.
– ¡Déjame probar! – pidió el pequeño Rich.
– Vale vale, adelante. Todo tuyo. – dijo el peliblanco mientras se apartaba de la orilla y le daba paso al felino.

Este mismo se colocó en la misma posición (o lo intentaba) que había adoptado el lobezno para cazar y se quedó observando atentamente el agua sin moverse mucho. No nos vamos a engañar, el pequeño tenía miedo de caer en el agua pero su necesidad de comer algo le obligaba a ignorar esto y simplemente seguir los pasos que le había dicho el lobo.
Con determinación el felino se quedó observando el agua durante varios segundos esperando a que algún desafortunado pez pasara en frente suya, cosa que oportunamente pasó poco rato después. Determinado a conseguirlo el felino dió un rápido zarpazo al agua para sacar el pez y… bueno, lo que consiguió fue mojar al lobo ya que el pez logró escapar.

– ¡Hey! Que yo no soy un pez! – dijo burlón el can.
– ¡A-ay! ¡Perdón, perdón, perdón! – decía preocupado y avergonzado el felino.
– No pasa nada, es tu primera vez pescando, era lógico que no ibas a lograrlo. De hecho, prácticamente nadie de mi clan ha logrado conseguir un pez en su primera cacería. – mencionó, reconfortando al menor.
– Aún así lo lamento… – se disculpó el pelinegro.
– Hmm… – pensó el lobo.

El pequeño felino se sentó en la orilla mirando a otro lado bastante avergonzado por lo que había hecho, pero lo que no esperaba es que ocurriera lo siguiente. Casi de inmediato su pelaje se erizó y dió un gran salto al lado derecho al sentir que algo húmedo le golpeaba el cuerpo.
Al girar su cabeza pudo ver que el lobo le había salpicado agua con sus patas, cosa que repetiría nuevamente. Como venganza de ello el felino se acercó a la orilla y comenzó a salpicar también al lobo apoyándose en su peluda cola usándola de enorme raqueta.
Así, cual niños pequeños se lanzaban agua uno al otro mientras reían y gozaban de aquél agradable momento.

«AU» ★Bajo la luna★ [KillerRich]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora