Complementario y necesario

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Capítulo 8: Complementario y necesario

         

          Empezó a ser consiente y su primer sensación fue la del tacto en su mano, un sentimiento ya conocido le invadió, algo de nostalgia a decir verdad. Un suave sollozo casi inaudible, la humedad en sus dedos, lagrimas tal vez, el picor de su esos cabellos en la piel. Aquella persona tenía el rostro hundido en su mano, se quien sea lloraba y aun cuando hubiera querido no podía hacer nada por consolarle o decirle que estaba bien, ni siquiera sabía si él lo estaba, no podía moverse, no podía abrir los ojos y apenas escuchaba, apenas sentía.

          ¿Acaso había muerto? Recordaba el disparo, el dolor, la sangre y los gritos del chico. Todo era claro y sin embargo parecía tan lejano como si hubiese pasado hace tanto o nunca hubiese pasado. ¿Cuánto tiempo de aquello? No lo sabía pero tampoco debía de concentrarse en eso, no cuando alguien lloraba a su mano con tal agonía.

—¿Cuánto tiempo vas a seguir así? —aquella voz la conocía, era Kuroo —maldición Tsukishima ya han pasado dos meses…abre los malditos ojos…

          Dos meses, por ese motivo sus huesos le calaban de estar tanto tiempo ahí, sentía que inclusive el cabello le molestaba en la frente pues acostumbraba llevarlo corto y ahora este había crecido. De modo que esos dos meses había estado perdido. En esos dos meses escuchaba voces que parecían lejanas, a veces cercanas y todo era confuso pero ahora estaba más consiente que antes a tal grado que le punzaba la aguja donde el suero pasaba.

—Sé que debí venir antes pero… —Kuroo se detuvo, una pausa que dejó un gran suspenso — saber tus propios sentimientos es difícil ¿No? Ser consiente de ellos es horrible a veces…saber que la has liado en grande.

          Entonces la voz se volvió a perder, aun así no pudo evitar sentir empatía y saber que aquello era algo que él había experimentado días antes de aquel suceso. ¿Acaso ahora Kuroo había aceptado sus sentimientos por Bokuto?

—No fui sincero cuando te conté sobre él…—escuchó Tsukishima retornando la conciencia — siempre estuvimos juntos que todo fue tan natural, el cómo se dio todo, el cómo lo destruimos.

          Escuchó un pequeño sorber, una risa irónica y triste, no lo podía ver pero estaba seguro de que Kuroo se limpiaba las lágrimas con una mano. Le era imposible imaginarlo llorando, él que era tan feliz e irreverente, tan molesto y risueño; ahora estaba llorando y no entendía porque lo hacía, por que lloraba así mientras hablaba de Bokuto.

—Nos enamoramos pero eso no fue suficiente… podíamos coincidir en mucho pero no a la hora de amar…—prosiguió — y nos lastimamos, dijimos muchas cosas hirientes y fue horrible perderlo…—relataba con frustración en su voz — él era perfecto para mí pero estando los dos juntos éramos un caos.

          Tsukishima sintió como su mano era atrapada por las dos de Kuroo. Esa calidez y suavidad, ese temblar y es tristeza. Tantos sentimientos plasmados en ese momento, en ese instante, una confesión inesperada se suscitó, algo que por suerte pudo escuchar.

—Nos distanciamos…pero llegaste tú…—sintió la caricia del chico en la frente —nos complementaste y todos nuestros conflictos se perdieron contigo ahí. Repentinamente coincidíamos, nos entregábamos y podíamos respirar el mismo aire pensando en ti, teniéndote ahí…

          Si lo pensaba, si lo digería, aquello sonaba bizarro. ¿Cómo una tercer persona puede complementar a una pareja? ¿Acaso la convencional formula del amor no aplicaba para ellos? Bueno, de ser así no estarían juntos, no estarían sintiendo tanto ahora, no habrían vivido tantas cosas, no escucharía al orgulloso de Kuroo doblegarse y confesar cosas inconfesables.

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