𝗸𝗲𝗶 𝘁𝘀𝘂𝗸𝗶𝘀𝗵𝗶𝗺𝗮.

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Un día extraño.

No hay día que no sienta mi vida como una rutina, despierto, trabajo, voy a la universidad, regreso, recaliento cualquier cosa para cenar, duermo y mi rutina existe de la misma forma, me siento cansada, aburrida, agobiada, las pasantías me drenan, me drena pensar que esta vida será la que tenga para siempre o lo que continúa de mi vida hasta que ahorre el dinero suficiente para tener un retiro, quiero llorar, y no hay día que vaya en el metro y lo único que quiera es llegar hasta donde termina y no regresar, hay días que pasan así, otros son un poco mejor de vez en cuando, a veces mejora, otras veces no.

El viernes había llegado y con ello el fin semana, mi madre me sugirió ir de visita por este fin de semana a Miyagi, que me haría bien volver aquí y distraer mi cabeza de mi rutina, le tomé la palabra y el viernes después de mis clases, hice una pequeña mochila con cosas para el fin de semana, caminé hasta la central del metro y compré un boleto para llegar.

Las horas pasaron y terminé llegando por ahí de las 11 de la noche, mi padre me saludaba desde su pequeña camioneta y tocó el claxon para que supiera que estaba aquí, y fue ahí donde sentí un pequeño respiro.

[...]

— ¡Saki! — mencionó una dulce voz mientras mecía a la chica que solo quería dormir todo lo que restaba de la mañana. — Vamos al mercado, debes distraerte, Saki.

Ahí supo que era su madre la que la estaba meciendo para despertarla, sonó un "mhm" dando a entender que despertaría y la acompañaría, su madre salió de aquella habitación y ella abrió sus ojos. Estaba en la habitación de cuando estaba en la secundaria y preparatoria, después de graduarse se fue a Tokio a estudiar la universidad y ahora regresaba aquella habitación de pared blancas con dibujos en ella, había muchos dibujos que colgaban de cuadros o pegados con cinta adhesiva, su estante lleno de libros y plantas que su madre había cuidado mientras ella no estaba.

Se levantó de su cama y noto que en la mesa de noche había un fotografía de ella y el club de voleibol de la preparatoria en la que estaba, no había sabido mucho de ellos cuando terminó la preparatoria, sabía que varios continuaron la universidad como Yachi, que la había visto un par de veces y aún mantenían contacto, pero el resto parecía esfumarse, miró la fotografía y noto aquel chico algo de su clase, de cabello rubio y anteojos, salía aún lado de ella y posaba una mano tranquilamente sobre el hombro de ella, miraba aquel chico y sonrió, Tsukishima Kei, el único chico que había causado que ella sintiera mariposas en su estómago, era muy frío, pero aún así había visto cosas en él que le habían encantado y enamorado; jamás salieron como una pareja, pero si solían hablar en recesos y demás, se llevaban muy bien.

[...]

— ¡Saki! ¡Acércate! Quieren saludarte por aquí. — su madre le gritaba desde unos puestos más lejos de donde ella estaba, a ver regresado al distrito le estaba gustando, todo era más tranquilo.

— Ya voy... — mencionó mientras caminaba hacia ella, tenía un par de bolsas en la mano y se sentía tan distraída esa mañana después de llegar que no vio que chocó contra algo. — Lo siento.

No se molestó en saber quién era, solo quería sacarle la vuelta e ir con su madre, pero la persona era un poco más alta que ella, además la calle era muy estrecha por los puestos que había.

— Disculpa, necesito pasar. — mencionó ella con una pequeña frustración en su voz mientras intentaba encontrar un espacio para salir.

— Vaya, vaya, miren quien volvió. — mencionó la persona con la que había chocado hace un par de segundos.

En ese momento Saki le causó curiosidad saber quién era, en ese momento la persona con la que chocó se giró para ver aquel chico rubio, aquel chico rubio al cual había pensado en él justo hoy por la mañana, estaba él frente a ella con una camisa blanca larga y un par de shorts para entrenar.

— No sabía que aquí se había convertido en Tokio. — mencionó con burla, mientras se movía hacia un lado para poder dejarla pasar.

Saki se había quedado en silencio, había pasado por par de años desde que se vieron, bueno, la última vez que se habían visto fue en al graduación de la preparatoria y después de ahí ella cortó comunicación con la mayoría por la universidad y su trabajo de casi tiempo completo, había olvidado mucho de aquel tiempo donde su rutina si la hacía feliz, le gustaría regresar a esos momentos.

— Lo siento... — mencionó Saki en algo más lo que parecío un susurro. — No sabía que eras tú.

— Claro que no, siquiera me miraste, Saki. — escucharlo decir su nombre le había causado una sensancion agradable dentro de ella, le recordó aquellos días donde era más que feliz, que su unica preocupación era entrenar con todos ellos.

— Me tengo que ir, pero espero que vengas a verme jugar al gimansio mañana por la noche. — dicho eso, Tsukishima se fue de ahí, dejandole una sensancion feliz dentro de ella.

Despues de aquel momento se acercó con su madre y saludo junto a ella, su madre le preguntó que porqué habia tardado y Saki solo menciono que había visto a un ex amigo de la preparatoria, despues de ahí el día se paso tan rapido. Saki se sentía ansiosa de que llegará mañana y poder ver a Tsuki jugar nuevamente voleibol, sabía que era bloqueador por lo alto que era, y de verdad que bloqueaba muy bien, era lo que más le gustaba de él.

[...]

El día había llegado, Saki se la paso tan distraida y concentrada más en saber que se pondría por la noche, que su madre se había burlado de ella diciendo que le recordaba a cuando estaba en la preparatoria, y eso solo causo que Saki se sintiera más nerviosa.

Al final, se sentía tan nervios que varías veces tuvo que regresar a medio camino porque sentía que había olvidado algo en su casa, pero realmente no olvidaba nada, solo se sentía nerviosa de verlo jugar nuevamente y más porque apesar de los años que había pasado, él si la recordaba bieb, ella había olviado muchas cosas de la preparatoria.

— ¡Vamos Tsuki! — gritó alguien a su lado cuando llegó al gimansio de la ciudad. Se giró ella y vio que era el hermano de él, vaya parecía que nada había cambiado aquí desde que se fue, quizás solo ella había cambiado. — ¡Saki! Que bueno es verte aquí, tenía rato.

— Hola... — no supo más que decir, solo tomo asiento a su lado, este le dio un pompon con los colores verdes del equipo en el que estaba aquel chico, la razón por la que estaba aquí ahora.

El tiempo paso hasta el ultimo tiempo de aquel partido, había recordado lo mucho que disfutaba ver el voleibol, oír los gritos, los balones golpear con fuerza el suelo, el chirrido que causaba la suela de los zapatos, al final solo debía volver aquí para encontrar su razón de ser.

Quizás se quedaría un par de días más, ahora que sabía que él tambien estaría un par de veces aquí y quizás solo eso era lo que necesitaba, había sentido que su día era muy raro en Tokio, pero aquií sentía que tenia el control de todo.

[...]

Bueno, la verdad no siento que es el mejor que he escrito, pero me gustó un poco, quizás fue porque pensaba en cosas del trabajo mientras lo escribía, pero bueno.

Se aceptan feedbacks de esta historia o de lo que gusten, estoy muy abierta a leer sus comentarios, y más que feliz de hacerlo realmente.

¡Gracias!

haikyuu; one shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora