21. Así Que, Esto Es Incómodo

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NO PASÓ mucho tiempo antes de empezar a descender de nuevo, cerca de la base de las montañas del norte. El dragón se había mantenido en silencio durante el resto del vuelo. Pensé en perforarle con el mayor número de preguntas que se me ocurrieran (Por qué, ¿cuándo iba yo a tener otra vez la oportunidad de hablar con un dragón?), pero, en lugar de eso, pasé la mayor parte del tiempo tratando de mantener mi garganta cerrada de nuevo.

Así que, fue un gran alivio cuando la tierra volvió a ser visible. Y cuando vi una estructura de piedra que sobresalía en medio de otro valle, sabía que habíamos llegado a la torre del homenaje de la que JaeMin había hablado hacía algunas semanas.

—Jesús, —dije—. JaeMin estaba en lo cierto.

—¿Quién? —preguntó el dragón.

—Rey de hadas, —dije—.  Intentó conseguir que me casara con él. No peguntes. Todo esto se salió de control. Como la vez que fui secuestrado por un dragón.

—Yo no te secuestré a ti.

—Um. Tú me llevaste en contra de mi voluntad. Eso es, más bien, la definición de secuestro, amigo.

—¿Amigo? —Se burló el dragón—. ¿Amigo? Nunca voy a entender por qué el rey de las hadas querría casarse contigo, tío. A menos que chupes la polla muy bien, tus labios indican que deberías hacerlo.

—Uf, —gemí—. Eres el peor. Por una vez me gustaría conocer a una persona y/o criatura mágica virgen, así no tendría que temer por mi virginidad. Esto se está poniendo ridículo.

—¿Un virgen? —preguntó, mirándome de reojo, mientras daba la vuelta al torreón—. Bien ahora. Eso sin duda es inesperado. De repente me siento en la necesidad de desnudarte por completo. Ya sabes lo que dicen, una vez que estás con un dragón, todo el resto sólo se queda atrás.

—Nadie dice eso, —dije—. Absolutamente nadie.

—Seis personas dicen eso, —insistió—. Me aseguré de ello.

—Eso es... ¿No es bestialidad?

—Todos somos animales, —dijo—. Animales salvajes, sexuales y retorcidos.

—Sí. No.

—Dices eso ahora. Solo espera.

—Asqueroso.

Él aterrizó frente a la torre del homenaje. La torre en sí era una gran torre de piedra que se elevaba desde el centro del valle. Parecía antigua, y había evidencia de una estructura más grande que alguna vez había estado alrededor de ella. Grandes trozos de piedra yacían alrededor de la torre, como si el edificio hubiera sido despedazado o colapsado. No podría decir si había sido, una iglesia o un pequeño castillo, pero no creo que importase.

La torre del homenaje en sí era grande, y la entrada en la base era suficiente alta para dar cabida al dragón. Él empujó contra las enormes puertas con su nariz y se abrieron con un chirrido, raspando contra el suelo de piedra e irritando mis oídos. Tuve, tal vez, un segundo pensamiento de salir corriendo en dirección opuesta, con las manos agitándose por encima de mi cabeza, pero conseguí contenerme y seguir al dragón a la torre.

Había sido una iglesia. Estaba seguro de ello ahora. Ya habían desaparecido algunos bancos y los iconos religiosos que colgaban de las paredes, pero el estrado al final y el tamaño de la planta baja sugerían que una congregación se había reunido aquí en algún momento.

Ahora, sin embargo, era el nido de un dragón.

Y donde acumulaba su tesoro.

Había oro, por supuesto. Grandes cantidades de oro en lingotes y monedas y pepitas. Brillantes joyas y copas y cetros. Eso era de esperar.

The Lightning-Struck Heart [Taekook/Kooktae]  ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora