22. Piedra Angular

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LAS ESCALERAS ascendían por el interior de la torre. Pasamos por un rellano o dos que se habían derrumbado hace mucho tiempo, pero otros pisos estaban todavía intactos y llenos aún más del tesoro de Namjoon. Libros y tesoros, pinturas y platos. Había acumulado bastante por haber estado en Verania por menos de tres meses. O tal vez lo había traído desde el este, donde los rumores de densas y embrujadas selvas corren desenfrenadamente.

El último piso antes del techo de la torre era diferente.

Estaba limpio y austero, y había una cama grande en la esquina con almohadas y mantas colocadas oblicuamente. Una cómoda estaba cerca de la puerta con una estantería en la pared opuesta. Una ventana abierta cerca de la parte posterior de la habitación dejó entrar la luz y una brisa dulce de primavera. Esta habitación era reconfortante. Casi como un hogar.

—Aquí es donde te has quedado, ¿no? —dije.

Jimin vaciló, luego se encogió de hombros. —No está tan mal.

—No, parece que no.

—Él es….

—¿Namjoon?

—Él se ocupó de mí —dijo rápidamente, como avergonzado—. Comida y agua. Esta habitación. Trajo estas cosas. Para mí. No sé cómo las consiguió. No sé por qué. Pero lo hizo.

—Sí, —dije—. Seguro que parece un verdadero genio.

Jimin se burló. —Era mejor cuando no podía entenderlo.

—Y eso podría ser mi culpa. Mi magia... No lo sé. Tiene que ser una cosa de proximidad. Reacciona con el dragón y la magia del dragón reacciona con la mía. Bueno. Honestamente. No tengo ni puta idea.

Jimin estaba cerca de la puerta. —Le leo. A veces. Le gustan los libros. Aunque no pudiera entenderlos. O a mí. A él le gusta cuando le leo.

Ni siquiera sabía qué hacer con eso. Así que le dije, —¿No podrías haber escapado? ¿Cuando se fue?

Jimin se encogió de hombros. —Puso barricadas en la torre.

—Pero…

Salió de la habitación.

Lo seguí.

Subimos el resto de las escaleras, lo que condujo a una escotilla en el techo. Jimin subió a la madera astillada y la luz del sol descendió por las escaleras. Parpadeé contra ella cuando llegué a la cima.

Namjoon estaba sentado en el borde del tejado, como una gárgola de piedra cubierto de vegetación, con la cola enroscada a lo largo del costado de la torre. Si no fuera por el hecho de que su nombre era Namjoon y que él quería que chupara su pene, lo habría considerado una bestia extraordinaria. Por desgracia, había coloreado mis percepciones y todo lo que quería hacer era taparme la boca para que nadie me acusara de tener unos labios chupa pollas de nuevo.

—Tú te quedarás aquí, mi Príncipe —le dijo Namjoon a Jimin—. No vayas a intentar defenderme.

—De acuerdo —dijo Jimin—. No estaba pensando en ello.

—Incluso si parece que estoy a las puertas de la muerte, debes permanecer escondido y seguro.

—Seguro, —Jimin sonaba aburrido.

—Incluso si estoy gritando y mi sangre se está esparciendo por el suelo, bajo ninguna circunstancia te precipites hacia abajo a llorar por mí, confesando tu más profundo amor y rogándome que no muera.

Jimin se frotó un poco de suciedad de uno de sus nudillos.

—Y si muriese, te suplico que no te tires desde la parte superior de la torre hasta tu muerte porque pienses que no puedes vivir sin mí y quieres seguirme a través del Velo...

The Lightning-Struck Heart [Taekook/Kooktae]  ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora