The Lightning-Struck Heart [Taekook/Kooktae] ADAPTACIÓN

28. Un Breve Interludio

ME QUEDÉ mirando las estrellas acostado en la hierba en el jardín secreto.

—Sois unas malditas idiotas. —les dije a todas—. En serio ¡Qué demonios!

Las estrellas no respondieron. Pero, eran estrellas, así que… más o menos lo esperaba.

Aún brillaban como idiotas así que…

—Espero que todas estalléis, ¿sabéis qué? Probablemente a vuestra luz le haya costado miles y miles de años llegar aquí. Así que ¡ja! Estáis jodidas ¡ja! Estáis muertas ahora y todo lo que estoy viendo son vuestros últimos suspiros. —Suspiré—. Lo siento. Eso fue grosero.

Porque lo era. No era su culpa que Jungkook se casara mañana. Era culpa de  Jimin, ¿quién hace un juramento a un príncipe para honrar a una madre muerta y querida? Grosero.

Y muy dulce. Y hermoso y encantador. Y al igual que desinteresado bastardo.

Pero también grosero.

Hice una mueca al cielo.

—Es genial. —les dije a las estrellas—. Encontraré a alguien más. Y será increíble y seré todo, como ¿Jungkook quién? Tengo una nueva piedra angular y su nombre es Juan Carlos y es un contable exótico. O algo así. Nota mental. Pensar en mejores trabajos exóticos en el futuro. Como… actuario de… Maldita sea. ¿Por qué no puedo pensar en algo exótico? Exótico… Exótico... ¡Vamos! ¡Juan Carlos va a ser el director de unas pompas fúnebres exóticos! —gruñí—. Eso ni siquiera tiene sentido.

—¿Con quién estás hablando?

Grité como un hombre, alto e indiferente.

Jungkook se rio en silencio para sí mismo.

—Amigo —suspiré—. En serio. Acechador. —Dejó de reírse.

—No lo estaba haciendo. No esta vez.

Miré hacia las estrellas y las maldije en mi cabeza. —Así que estás admitiendo las otras veces.

—En ocasiones.

—No puedes acechar a alguien en ocasiones. Lo haces o no lo haces.

—¡Ah! ¡Bien!

—Acosador. —murmuré.

—No esta vez. —dijo—. No sabía que estabas aquí fuera.

Yo bufé. —Vale. Bien.

—No lo hice. Sólo necesitaba…

—Necesitabas…

El suspiró. —Necesitaba alejarme. Por un momento.

—Vale.

—No quieres escuchar esto.

—Tienes razón. No quiero.

El silencio que siguió fue incómodo. El que estuviera encima mío mientras yo me negaba a mirarlo era incómodo. Todo sobre esto era incómodo.

Por supuesto, no podía mantener esto para mí. —Tú eres incómodo. Esto es incómodo.

—Lo sé.

—Es como si fueras mi ex al que he visto por primera vez desde que tuvimos nuestra separación realmente mala.

—¿Eso es lo que pasa?

—Claro. —dije—. Pero es una mierda porque es como si fuéramos ex sin ninguno de los beneficios de haber sido algo antes de ser ex.

—¿Beneficios?

—Lo sabes. —dije—. Sexo a tope.

Se atragantó.

—U otras cosas. —dije rápidamente—. Porque no todo es sobre el sexo a tope.