ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ 18

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Seonghwa no había dormido prácticamente nada, las palabras de Yunho y Mingi resonaron una y otra vez en su cabeza durante casi toda la noche, hasta que casi al amanecer el cansancio lo venció y le permitió dormir un poco. Pero ¿Cómo era posible que alguien tan maravilloso como Yeosang pudiera llegar a ser así de cruel? Quería poner en duda las palabras dichas anteriormente, y seguir pensando que Yeosang solo estaba molesto, y quizás asustado de poder ser lastimado, y que tal vez su actitud solo era una manera de protegerse a sí mismo, aunque Seonghwa no le haría daño y mas bien querría cuidarlo y protegerlo de todo lo que pudiera hacerle alguna clase de daño.

Pero ¿y si de verdad no fuera solo una manera de protegerse? ¿y si de verdad tenía una intención? No soportaría la idea de que Yeosang realmente lo estuviera lastimando intencionalmente, aunque ni siquiera era creíble. ¿Era esto lo que sentían otras personas cuando él en un pasado las trató de maneras desagradables? Porque estar al otro lado definitivamente se sentía de lo peor.

Mientras esperaba a que llegara San, asomó por un momento por la ventana de su habitación y vio como la madre de su mejor amigo se despedía cariñosamente de él en la entrada de su casa, a pesar de que solo estaría unas horas fuera y ni siquiera estaría lejos. La imagen le enterneció aunque algo en su corazón dolió, pero evitaría pensar en eso por ahora, pues tenía una tarde de películas con San y quería ser fuerte por un día, sin ponerse emocional como había sido últimamente. Aunque nada garantizaba el que pudiera resistir.

Estaba perdido en sus pensamientos cuando el timbre sonó. Tenía que ser San. Pero cuando abrió para recibirlo su sorpresa fue el verlo con un par de bolsas plásticas y ojos de cachorrito que lo hacían lucir triste.

––Hola ––sonrió San sin que se le marcaran sus característicos hoyuelos en sus mejillas.

––Hola... San ¿Estás bien? ––Seonghwa lo hizo pasar sin pasar por alto que San parecía diferente.

––Si, mi madre preparó esto ––alzó las bolsas plásticas que parecían contener recipientes con comida mientras se dirigía a la cocina, para posteriormente colocar las bolsas sobre la barra––, sabe que te gustan mucho y quiso prepararlo especialmente para ti.

Seonghwa destapó con curiosidad un recipiente y su corazón dio un vuelco. Era su comida favorita, aquella que su madre le preparaba con tanto amor, lo cual le trajo imágenes y recuerdos a la mente, recuerdos que a pesar de ser felices hastas fecha lo ponían triste, y el hecho de que la madre de San tuviera esta consideración le traía un dolor en el corazón pero también alegría y agradecimiento.

Sin poder evitarlo abrazó con fuerza a San y agradeció el gesto. Aunque se había planteado ser fuerte por este día fue inevitable sentirse vulnerable, pero con San podía serlo sin temor a ser juzgado, sin tener que hacerse el invencible y parecer insensible. Algunas lágrimas escurrieron por sus mejillas, aún aferrado a San quien lo sostenía y daba suaves palmadas en la espalda.

San presentía que esta sería la reacción de Seonghwa, que estaría sensible, incluso él lo estaba por ello, aunque ciertamente sí había otra cosa y para Seonghwa no pasó desapercibido al recibirlo en su casa. Aunque prefería que solo fuera el momento de Seonghwa sabía que tarde o temprano este le haría preguntas. Mientras tanto lo encaminó a la sala de estar, tomaron lugar en el sofá y abrazó a Seonghwa hasta que lo notó más tranquilo.

––Lo siento, no me lo esperaba y me trae muchos recuerdos ––susurró Seonghwa.

––Descuida ––acarició con cariño el cabello del mayor––, ¿Ya te sientes mejor?

––Un poco ––suspiró y recordó su pregunta al recibir a San, al verlo con sus ojos de cachorrito–– pero hay algo también contigo, te noto diferente, ¿pasó algo?

ʟᴏᴠᴇ ᴍᴇ ♡ [ꜱᴇᴏɴɢꜱᴀɴɢ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora