Capítulo 5

566 41 4
                                    

CAPITULO 5

Anna no dijo nada, levantó la cara, estaba enrojecida, la nariz roja y los ojos irritados de tanto llorar.

- Sabes, no me gusta verte llorar.

- Déjate de tonterías.

- ¿Tonterías? Eso es lo que crees, pero contéstame a una pregunta.

- Dime.

- ¿Qué es lo que te pasa a ti con Nadine, acaso estás enamorada de Can?

- Déjame contestarte, Hakim. Metete en tus asuntos y déjame en paz tu también.

Hakim bajo la cabeza, esa respuesta por parte de Anna era más que suficiente para saber que la mujer a la que empezaba a querer, prefería antes al musculoso de su amigo y que por el contrario lo despreciaba a él como hombre.

- En ese caso, mejor me voy donde no moleste a nadie –le dio la espalda y salió de la habitación dejándola sola.

- Hakim...yo...espera... –pero ya era tarde él había salido de la habitación dejándola sola como ella quería.

Mientras Nadine discutía acaloradamente con Can, el cual gritaba igual que ella o incluso más.

- Hakim, ¿dónde vas? –pregunto Can extrañado al verlo tan deprimido.

Me voy a donde no moleste a nadie, ¿te sirve? Y tú –dijo señalando a Nadine-. Creo que deberías olvidar esas ganas de fastidiar a la gente, porque si no estás a gusto contigo misma mejor hazte un favor, lárgate de esta casa y deja a los demás hacer su vida –dio un portazo y salió corriendo en dirección a la playa.

Tanto Can como Nadine se miraron y ambos tomaron caminos distintos, esa discusión era penosa, era más importante sus respectivos amigos que el propio ego de cada uno.

Nadine se fue al dormitorio donde aún permanecía Anna.

- Quiero que sepas que para mí, eres mucho más que una amiga, eres mi hermana pequeña y como tal te quiero y te querré siempre, pero lo que no quiero es que te enfades conmigo. Sí estas enamorada de Can lo entiendo, yo jamás haría nada que estuviese en contra de tu dicha y con esto quiero decirte que vayas con él. Yo le seguiré viendo tal y como es, un....bueno no digo nada, seguiré odiándolo como hasta ahora, pero que remedio, me tocara aguantarlo como cuñado –se dio media vuelta dejando a Anna frente a la ventana mirando a la oscuridad de la noche.

Estaba en el pasillo cuando vio salir a Can con paso decidido, minutos más tarde salió Anna corriendo y diciéndole un "hasta luego hermana" se quedó sola en una casa que se le caía encima de la soledad y tristeza que comenzó a sentir.

Ese sentimiento, esa sensación que sientes cuando te llevas una decepción era la misma que su corazón experimentaba, su corazón en ese momento latía con pena, sus ojos se entristecieron y poco a poco comenzaron a brotar una agua cristalina que hasta su boca resbalaba, se sentó en el sofá, recogió las piernas y se hizo una piña, quedándose en posición fetal, lloraba desconsoladamente por algo que ni ella misma entendía que era.

Por otro lado Can había ido al pueblo, había entrado en un bar y había comenzado a beber para olvidar el desastre que había causado por su repentina ganas de demostrar que era muy macho frente a una mujer que lo trataba con total indiferencia y sobre todo con odio, pero algo había en la mirada de ella que no lo hacía desistir de sus ganas de besarla, era como si ella misma se lo pidiese a gritos.

Como todos los añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora