Capítulo 3: Tsukuyomi

1.6K 121 110
                                    

No lo había vuelto a ver en todo el día.

Desde que abandonó la habitación para ir con el líder, Deidara no supo nada más de su superior y maestro. Ya era costumbre que desapareciera por largos periodos de tiempo, o que simplemente se hundiera tanto en la modificación de sus marionetas que, aunque estuviera presente, pareciera ausente.
No es que lo extrañara demasiado, de hecho, increíblemente, no lo hacía esta vez.

Se sentía extraño, no comprendía exactamente todo lo que le estaba sucediendo. Siempre se había mostrado bastante atraído y abnegado hacia el ex ninja de la arena roja, pero ahora, era como si esa admiración y deseo se hubieran esfumado en un abrir y cerrar de ojos. ¿Se trataba acaso de lo bello y lo artístico que emanaba? ¿Estaba destinado a no ser eterno? Imposible, pues era más que seguro que Sasori tenía planes a largo plazo, a diferencia del rubio de mirada azul.
Ciertamente iba en contra de su estética, pero de alguna manera había sucumbido ante los deseos del pelirrojo.
Pero esta vez... su interior le rogaba algo distinto.

No podía dejar de pensarlo; en un momento tan íntimo e intenso su mente se había volcado por completo gimiendo el nombre del sujeto de mirada rubí. Nunca hubiera pronunciado algo así, se supone que lo detestaba y lo más cercano que existiría entre los dos sería una batalla digna del ninja de las explosiones.
Pero, ¿y si realmente deseaba algo más? ¿Sería esa fascinación por el arte que emanaba de Itachi lo que lo estaba ilusionando tanto? Ciertamente, nunca había descartado sus ganas de explorar, por un corto lapso de tiempo, las texturas, colores y símbolos que se formaba alrededor del poder de dicho Uchiha. Sin embargo, jamás se había permitido el lujo a probarlo.

¡Es que desde esa mirada se había vuelto loco! Ese inmenso deseo que había ignorado regresó tan drásticamente que lo tenía como un niño embobado. ¡Él que jamás permitía que lo ilusionaran de esa manera! ¡Le dolía en su ego!
No podría contenerse más. En este momento, Sasori parecía quedar en segundo plano para él, sólo quería al Uchiha, necesitaba explorarlo y analizar el fabuloso arte que era éste. Quería averiguar el por qué de la mirada que lo había dejado, desde la vez que entró a Akatsuki, tan fascinado.

El problema era, sin embargo, que sus posibilidades eran escasas. ¡Pues claro! ¿Qué estaba pensando? ¡Sólo se ilusionaba y ni siquiera estaba enamorado! Para nada, definitivamente no era amor, era una simple admiración, un deseo, un ruego de satisfacción para sí mismo.
Tanto tiempo se había contenido que quería de una vez por todas estallar y actuar por su cuenta. Jamás había sido el tipo de persona que dejaba que mandaran sobre él. Pero vaya que sólo se lo había permitido a Sasori.
¡Vaya pena que sentía sobre sí mismo al pensar en ello! ¡Había caído muy bajo!

Pero a partir de ese momento, no dejaría que le quitaran su oportunidad de actuar de la manera que siempre había sido: rebelde, osado y presuntuoso. Cumpliría aquello que tanto se había guardado.
Esperaría a que las cosas se dieran a su voluntad. Después de todo, siempre lo hacían.

Caminó en silencio por el escondite Akatsuki sin querer ir a ningún lugar en específico, se limitó a observar las paredes, analizar algunos grumos y grietas entre éstas. Tal vez parecía que estaba buscando algo, aunque enrealidad ya no era así. Ni siquiera buscaba a Sasori, le daba igual a dónde fuera que haya ido; llegó a pensar que tuvo una misión en solitario, cosa que aceptó como verdadero. De hecho, de cierta manera le aliviaba pensar que no se encontraba en los alrededores.  Aunque, no iba a negar que se estaba comenzando a aburrir.
Y no es que no le gustara estar solo, pero ya era el colmo del aburrimiento. Ni siquiera se encontraba el estúpido de Hidan para pasar el tiempo, aunque fuera, escuchando sobre su excéntrico Dios Jashin.
Mil veces habría preferido eso a solo estar paseando una y otra vez por lugares del escondite que ya conocía bastante bien. No fue hasta que llegó a la sala principal en la que una fría atmósfera le heló la sangre y le puso cada uno de sus cabellos en punta.

Genjutsu || Itadei/SasodeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora