Epílogo

1K 130 31
                                    

Y tal como estaba destinado a que fuera, nunca más volvió a existir un contacto como aquel.

Las miradas que alguna vez se habían dedicado y el desdén entre ambos nunca más volvió a percibirse dentro de la organización Akatsuki.
Ciertamente este acontecimiento había sido bastante sorpresivo para todos los que ya conocían la pequeña rivalidad que siempre se vio por parte del rubio hacia Itachi. De un día al otro, parecía como si se hubiera esfumado por completo, como si algo hubiera cambiado dentro de ese pequeño pero explosivo cuerpo del artista.
Todo había sido tan rápido, tan pronto, tan fugaz, como el destello de la detonación de una bomba.

Por su parte, Sasori no pudo evitar sentir cierta fuerte inseguridad ante la ley del hielo que existía entre su alumno y el Uchiha. Y aunque varias veces se lo preguntó, Deidara le respondía con lo mismo:
"¿Qué qué pasó con Itachi? No lo sé, danna, siempre nos hemos tratado de esa manera. ¿Por qué me importaría?"
Odiaba lo convincente que podría llegar a ser, pero al fin y al cabo, prefería pensar que Itachi había obedecido a sus amenazas dando fin al contacto con el rubio. Después de todo, era mejor creer eso a escarbar más ante las ahora inexistentes ganas de Deidara hacia conocer y superar los secretos del Genjutsu de Itachi.
Conociendo lo persistente y berrinchudo que era, difícilmente habría abandonado dicha obsesión. Sí, Sasori sabía que algo había pasado.
Pero, repitiendo, prefería no pensarlo.

—¿Serás mío para toda la eternidad? ¿Aunque eso vaya en contra de tus ideales?

—Sí, danna, hm.

Lastimosamente para Sasori, por alguna razón, Deidara siempre se salía con la suya.
Todo eso que el pelirrojo aseguraba que sería eterno, terminó tan rápido como las figuras de arcilla de su alumno.
Su evitable, pero de alguna manera, esperada muerte, había acabado con todos sus planes.
Fue, en su inminente agonía, consciente de que podría haberse librado de la muerte, pero por alguna razón, terminó aceptándola.
Entre otras razones, tal vez se había dado cuenta de que, Deidara merecía cumplir sus ideales. Nunca había consentido esa obsesión por lo efímero, por lo fugaz y lo bello que es todo lo que dura poco.
Por primera vez en su vida, decidió concederle este último detalle suyo, fallando a su palabra, para aceptando los deseos de Deidara.

Para el rubio, quien había entendido perfectamente las intenciones de su maestro, no sintió dolor ni pena, más bien, se sintió agradecido ante la persona que lo había entendido.
Ante la segunda persona que había consentido su estética.
Pues, aunque actuara como si no lo conociera, jamás en su vida olvidaría aquel deseo concedido que sólo Itachi pudo ofrecerle. Aquel voto de confianza, ese espectáculo de sus propias debilidades que podrían haberlos hecho jugar en su contra, pero que jamás fue así.

Si bien alguna vez se vieron en ocasiones carcomidos por el deseo de repetir lo que alguna vez fue, sabían perfectamente que eso no podría ser posible.

Tal vez ahora todo se reducía a vivir bajo la ilusión de una siguiente vez. Bajo un Genjutsu que nunca más volvería a darse.
Pero que así debía ser.

~Fin~

Genjutsu || Itadei/SasodeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora