Capítulo 13

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  Dolor de caderas.
  Era lo que sentía ahora mismo.
  Le dije a Usa que no, pero no!!, el hijo de puta (sin ofender, Francia) no me obedeció!

  —Hello~, Buenos días —Canadá entró al cuarto con una bolsa en manos donde supuse que había pan, ese olor de recién salido del horno era inconfundible.

  —No hay nada de buenos en estos días.

  Tenía en seño fruncido. Odiaba a Usa. Y odiaba esa cama. Creo que debieron poner una más grande.

  —¿Qué pasó? —dejó de lado la bolsa, cayendo en el sofá que estaba al costado de la cama —¿Donde esta Usa?

  —El odiota  se fue a buscar hielo.

  —Ice?, why? —fruncí mis sejas, no entendí ni pio —... ¿Por qué?

  —Es que tengo un dolor de caderas horrible —Con ambas manos me tomé las caderas y las acaricié —Puedes agradecerle a tu hermano!

  No había tenido un dolor así desde que era una pequeña colonia. Cuando España nos mandaba a dormir temprano pero yo y mis hermanos nos las arreglábamos para quedarnos hasta la madrugada, porque desobedecer al hombre que no conquistó era nuestra pasión.
  Las quejas de Argentina aún resonaban en mis oídos. Esa chica cuando quería ser jodida, era jodida. No sabía que pudiese enfadar tan fácil. Y la molesté como a las 11pm. Ella me botó de la cama de una patada.  Esa noche aprendí dos cosas:
  Si vas a molestar a tu hermana, procura utilizar algo como escudo, o bien, a tu hermano, yo lo intenté con Venezuela, pero no funcionó.
  Y dos: Argentina era algo iracunda. Por lo tanto no me debía de meter con ella

  —Usa te hizo eso?...

  —No, fue Australia —hágase ver mi sarcasmo.

  —Australia?, está aquí? —volteó a ver a todas partes en busca de Australia. Dudé por un momento, ¿en serio él era el creador de una de las páginas pornográficas más famosa?

  —No!, fue Usa.

  —Pero cómo?...

  —Le dije que no, pero insistió y no pude resistirme!, así que sedí...

  —No me digas qué... —se quedó callado. Con una mano se tapó la boca tratando de disimular su emoción, pero sus ojos no ayudaba en nada.

  —Eeeeh, sí?

Se acercó a mí. O mejor dicho, acercó sus manos a mi vientre. Estaba entre golpearlo o... Golpearlo.

  —Oye!, que mierda te pasa!!

  —Sabía!, lo sabía!, sabía que Usa lo lograría!!

  —Lograr qué?...

  —Honey, ya llegué! —Usa abrió la puerta y tenía una bolsa de hielo.

  —Ves, hasta apodos te puso!, aaay~ que hermoso~... Ya quisiera que Ucrania sea así conmigo.

  Algo en mí me dijo que debía de consolarlo, pero luego me retracté, porque no era nada buena dando consejos o un discursito del tipo pasivo.

  —Dame eso —tomé esa bolsa y la puse en mi cadera. Eso era gratificante.

  —Usa, lo lograste.

  —Lograr qué?...

  —Conquistarla.

  —Que él qué?...

  —Conquistarte.

  —... Qué?

  Usa le metió un cachetadon a Canadá. Ese par de hermanos eran raros.

  —Hey!, Why did you do that? (Por qué lo hiciste? )

  —Idiot, I haven't confessed to her yet! (Idiota!, aun no me he confesado a ella!)

  —What, then why does his hip hurt!?  (Qué?, entonces por qué le duele la cadera!?)

  —Why yesterday we slept together, and he kept out of bed ( Por qué ayer dormimos juntos, y se calló de la cama)

  —But why do you call him "Darling"? (Pero por qué le dices "Darling"?)

—Because we got nicknames (Porque nos pusimos apodos)... Or "Chapas" like she said.

  —Oh... Sorry.

  —Idiota.

  —Hola?, aun sigo aquí... —dije.

  Me sentía como si estuviese en otro mundo, no entendía nada. Así que si estuviesen hablando sobre como deshacerse de mi cuerpo después de asesinarme no podría hacer nada. Aunque ahora que pienso ello seré más prudente.
  Ellos parecieron darse cuenta que no sólo los dos se encontraban en este cuarto de dudoso costo. No podía confiar en el precio que me diga Usa.

   —Lo siento Darling.

  —Oye... Hoy vuelves a dormir en el sofá.

  —Como tú digas.

  —As if they were husbands...

  No entendí lo que dijo Canadá. Tampoco me tomé la molestia de tratar de traducirlo como antes. Ya no me importaba.

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