𝐈𝐈

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Ingresamos a la carpa para tratar de encontrar a los mocosos, pero grande fue mi sorpresa al encontrar a mi escuadrón entero tirados en el suelo durmiendo o completamente ebrios.

Pero lo que más me sorprendía era ver a mi esposa acostada entre Armin y Eren, quienes dormían plácidamente, la mencionada tenía sus ojos cerrados mientras sostenía entre sus brazos lo que parecía ser un pedazo de pan.

Me acerqué a ella y me puse de cuclillas para poder tomarle del hombro y despertarla.

—Silvia —nombré despacio, ella gruñó ligeramente mientras se aferraba con más fuerza al pedazo de alimento.

—No Sasha, no te daré mi pedazo de pan —murmuró sin abrir los ojos. Suspiré.

—Silvia, soy yo —le dije al mismo tiempo que le extendía una mano, ella con confusión tomó de ella, la jalé hacia mí pero al parecer era muy mala idea ya que casi se caía si no fuera porque la sostuve. Se notaba mareada.

Llevó sus manos hacia una mesa que se encontraba cercana para poder apoyarse de ésta, la sostuve de la cintura con temor que se cayera. Miré los vasos y habían restos de vino.

—¿Cuántos vasos tomaste? —pregunté serio. Ella parpadeó un par de veces y aún así no me miró.

—Uno.

—No se nota que hubieses bebido un vaso -comenzó a reír.

—Me preguntaste cuántos vasos tomé, no cuantas veces rellené y bebí del vaso.

Me miró por primera vez en la noche, su sonrisa se fue difuminando para pasar a una expresión un poco más seria. Arqueé una ceja debido a su comportamiento.

—Bien, nos vamos —la tomé del brazo, sin embargo aún daba tropezones, no me quedó de otra más que cargarla.

—¿Eres mi príncipe? —Fruncí el ceño mirándola— ¿Me vienes a rescatar? ¿Te casarás conmigo?

Suspiré una vez más, al parecer estaba tan ebria que no había notado el anillo en su dedo anular y tampoco el mío, ni mucho menos que compartían el mismo diseño.

—Estás tan guapo —declaró alargando la palabra «tan»- seríamos un matrimonio perfecto.

—¿Tú crees? —pregunté con algo de sarcasmo, pero ella lo tomó con seriedad.

—Sí —aseguró— entonces, ¿sí te casas conmigo?

Rodé los ojos entrando por fin al lugar donde quedaríamos hospedados, el resto de mi escuadrón fueron llevados a sus habitaciones con ayuda de sus mismos compañeros.

Cuando crucé la puerta me topé con la Cuatro ojos.

—¡Silvia! En donde estabas, te estábamos...

Hanji no continuó hablando al ver el estado de la castaña.

—Ya te imaginarás —le dije, ella comenzó a reír.

—No la culpo, la verdad es que se ha trabajado muy duro. Es una buena Subcomandante, merece un día para despegar la mente, además...

—¡Oye! —exclamó molesta Silvia, valiéndole poco que interrumpió a la Comandante- ¡¿Estás casado?!

Ella había mirado el anillo que se encontraba adornando una de las manos que la sostenía, respiré hondo tratando de reunir toda la paciencia posible.

—Sí —respondí con la esperanza de que notara que ella traía una sortija similar a la mía.

—¡¿Con quién?! —preguntó indignada, tirando toda mi paciencia a la basura.

Justo cuando iba a contestar «¡Contigo, mujer!», Hanji interrumpió y contestó en un santiamén.

—Conmigo —mintió Zoe, llevándose una mirada furiosa de mi parte. Comenzó a reír pensando que hizo la broma del siglo. Sentí que Silvia se aferró más a mi cuerpo y ocultó su rostro en mi cuello.

—Deja de molestarla, carajo —le ordené con molestia, ella rio bajo y justo cuando iba a hablar se quedó muda al ver a la mujer que estaba en mis brazos.

—¡Está llorando! —exclamó sorprendida Hanji para después continuar riendo.













° ° °

Holi, aquí vengo para decirles que hubo una equivocación, no son cinco capítulos, son cuatro, jsjs. <3

Wᴇ·ʀᴇ Hᴇʀᴏᴇs: 𝑪𝑳𝑨𝑹𝑰𝑻𝒀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora