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Los días siguientes avanzaron con normalidad. Akutagawa no le dirigió la palabra, solo un par de miradas mortíferas que en ocasiones congelan el ambiente formado en clase; como en aquel momento.

Tanizaki continuó hablando, tratando de mostrarse normal ante la dura mirada de Akutagawa dirigida a su grupo, aunque más bien era dirigida a Atsushi. El de cabello platino llevó su mirada a Akutagawa, frunció el ceño. No entendía qué ocurría con Akutagawa, por qué todo el mundo temía cualquier interacción con él y, sobre todo, por qué permitían aquello. Atsushi no se ha llevado nunca bien con los matones, de alguna manera había aprendido a defenderse a pesar del miedo que todavía le recorría el cuerpo al enfrentarse a una situación así. El orfanato no había sido un lugar muy agradable y dio gracias a que pudo irse con Lucy, a pesar de que eso signficiara tener que mantenerse por su cuenta. Ambos trabajaban, pagaban el alquiler del pequeño piso, la luz, el gas y la comida; casi no tenían caprichos y no lo consideraban necesarios. Miró a Akutagawa fijamente, ¿ese chico lo había pasado como él en el pasado? ¿Podía ser esa la razón de su actuar?

Sintió un golpe en su pierna, su mirada se movió en consecuencia y se posó en Tanizaki. Extrañado, elevó ambas cejas en forma de cuestión.

—No le mires así—indicó en un susurro—. Eres nuevo, ¿acaso buscas ya problemas?

Esa fue, quizá, la última vez que interaccionaron. A Atsushi le intrigaba Akutagawa, era una persona tan extraña y callada. A pesar de estar sentados el uno junto al otro, jamás intercambiaban palabras a no ser que fuera inevitable. ¿Él tendría amigos? ¿Alguien con quien compartir sus pensamientos o preocupaciones? ¿Alguien con quien simplemente hablar?

Con el pasar de las semanas, dejó de hacerse aquellas preguntas inútiles. Akutagawa dejó de ser un factor de atención en su mundo y pronto se acostumbró a la extraña forma de ser. Tenía mayores preocupaciones, como decirle a Tanizaki que no iría a la fiesta de primavera del instituto por problemas que prefería no contar y, principalmente, las pésimas calificaciones que estaba sacando de forma general. Nunca había sido un estudiante brillante, pero había sabido manejarse... ¿y ahora? Apenas conseguía rozar el aprobado. No podía permitirse un tutor, el dinero no era precisamente algo que sobraba en sus bolsillos; pero tampoco podía no buscar una solución.

—Atsushi-kun, ven un momento.—Atsushi le hizo a Tanizaki una señal para que se fuera sin él y se acercó al pupitre de su profesor, no sorprendido por la cercanía al pronunciar su nombre. Dazai era un profesor bastante cercano, aunque algo extraño, y había mostrado intenciones de ayudarlo desde que llegó. Miró a Akutagawa, quién también se encontraba frente al profesor por un llamado, pero no le tomó importancia—. Tus calificaciones son bastante deficientes en la rama de ciencias, Kunikida-kun siempre está hablando de ti preocupado e histérico...y eso que está en la rama de letras.—Aquellas palabras pillaron a Atsushi desprevenido, principalmente porque se encontraba Akutagawa delante, y su única reacción fue asentir maldiciendo internamente la sonrisa tan satisfactoria que Dazai le mostraba. Dazai lo miró, casi como si esperase una excusa, pero al no obtenerla continuó con sus palabras—. Es por eso que Akutagawa-kun te ayudará a recuperarte y ponerte al ritmo de la clase.—Dazai amplió su sonrisa casi con malicia, Atsushi pestañeó un par de veces, miró a su compañero quien le devolvía una mirada sin ninguna clase de emoción. Por la falta de quejas, Atsushi supo que ya habían hablado de aquello antes de decirle nada y no pudo evitar sentirse avergonzado.

—L-Lo siento, yo...—Atsushi se aclaró la garganta con cierto agobio en su interior, sin saber cómo podía decir de una forma suave que no podía aceptar aquella oferta debido a su falta de dinero. Si tan solo le hubiera comentado la idea su profesor antes que al propio Akutagawa, tal vez sería un poco más fácil—. No creo poder permitirme clases particulares—comentó con una voz que esperó que sonara firme y sin lugar a dudas—. Agradezco sus intenciones per-.

Mi molestia Favorita |Shin Soukoku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora