Capítulo 28.

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"Querida ____:

Escribo rápidamente esta nota para comunicarte que, ayer, el hogar de los Weasley ha sido atacado. ¿Quiénes fueron? Mortífagos, en especial Bellatrix y GreyBack. La casa ha sido prendida fuego, tuvimos la suerte de haber salido antes de allí. Ya sabes donde encontrarme.

Te quiere mucho tu amiga, Hermione."

¿Era por eso que Draco me pidió que no fuera? Sabía que la vida de mis amigos corría peligro y ni siquiera trató de avisarme.

Hablé con mi madre sobre el asunto de los Weasley y rápidamente preparó mochilas llenas de comida, agua y mantas. Me aparecí en el claro del bosque y allí estaba Hermione esperándome.

—Fue horrible. —corrió a abrazarme.

—Me imagino que sí, Her. —la abracé. —Toma, llevemos ésto. Traje comida y demás cosas. —tomó un par de bolsos y nos dirigimos hacia lo poco que quedaba de aquella hermosa casa.

Molly se encontraba al borde de las lágrimas pero se contuvo al ver que su familia estaba bien. Agradecieron las cosas y se sentaron alrededor de una fogata a comer.

—¿Tu novio tuvo algo que ver? —preguntó Fred sin titubear.

—No lo creo, si así fuese no estaría aquí. —respondí. —Soy de las buenas, aunque te cueste creerlo.

—No nos cuesta creerlo. —agregó George. —No queremos que te transformes en uno de ellos.

—Tranquilos, siempre cuidaré de mis amigos. —y la miré a Hermione que dormía sobre mis piernas.

He vuelto a casa muy tarde, el cielo comenzaba a teñirse de un color anaranjado y la brisa me abrazaba.

—¿Quién es? —pregunté al escuchar un ruido proveniente de arriba.

Subí las escaleras lentamente y apuntando con mi varita, abrí la puerta de mi habitación.

Draco se encontraba sentado en el borde de la cama con las manos cubriendo su rostro y sollozando.

—¿Draco? —pregunté.

Corrió a abrazarme y me llenó el rostro de besos.

—Creí que habías ido de los Weasley. —dijo. —Pensé que te había pasado algo.

—Si fui. —di unos pasos hacia atrás. —Fui a ayudarlos, luego de que tus amigos le prendan fuego su hogar.

—¿Acaso no entiendes? —su ceño se frunció. —Es peligroso, _____. No tengo el poder sobre nada, solo de mantenerte a salvo.

—Ya te dije que no soy estúpida, puedo cuidarme sola. —chasqueó la lengua.

—No, no puedes. —respondió. —Te amo pero, te quiero alejada de mí.

—¿Qué? —caí de rodillas en el piso.

—Estoy agradecido de que estés bien. —se agachó junto a mí. —Pero no lo estarás a mi lado, aléjate de mí.

Y así como dijo éstas palabras, desapareció.

Gateando me acosté en mi cama y las lágrimas comenzaron a rebosar mis ojos. ¿Por qué era tan difícil estar juntos? ¿No podíamos ser felices de una vez?

Decidí hacer caso a su pedido y a su vez cuidarlo a la distancia, estaba bajo una gran presión y no dejaría que le tocasen un pelo.

(****)

—Han pasado dos semanas, _____. ¿Cómo es que no se dirigen la palabra? —preguntó Blaise en la sala común.

Mi mirada había cambiado rotundamente, mis párpados se encontraban hinchados todo el tiempo debido a los sollozos y mi piel más blanca de lo que acostumbraba ser.

—No lo sé. —respondí. —Y tampoco me interesa. —mentí.

Me puse de pie para ir a desayunar algo.

—¿Vamos? —pregunté.

Blaise y Goyle tomaron mis manos. En uno de los pasillos choqué con un cuerpo alto y delgado que conocía muy bien el mío. Levanté la vista unos segundos y era Draco. Suspiré y seguí de largo, mientras tanto, él se quedó viendo como me alejaba débilmente.

Narra Draco:

—¿Atacarán la casa de los Weasley? —pregunté a mi madre.

—Deben hacerlo. —respondió. —Y te lo digo por si quieres salvar a tu novia. —susurró en mi oído.

La noche se hizo eterna, decidí escaparme hacia su casa para asegurarme de que esté bien.

Al llegar, su cama se encontraba vacía. El sentimiento de haber perdido lo que más me importaba en la vida me atormentó profundamente.

Minutos después, entró por la puerta algo asustada. Sentí un gran alivio pero entendí que, no podía perderla denuevo.

—Pero no lo estarás a mi lado, aléjate de mí. —y desaparecí.

Aún puedo escuchar por las noches su voz diciendo mi nombre para que le dejase más espacio en la cama.

No la he visto en semanas, hasta hoy. Choqué su hombro aproposito pero, sus ojos se encontraban ausentes y simplemente siguió su camino. La he destruído y cada vez me siento más solo.

Narra ____:

—No puedes seguir así. —dijo Hermione sentandose a mi lado.

—¿Así cómo? —pregunté.

—Además de malvada. —dijo riendo. —Eres una de las personas más divertidas que conozco.

—¿Sí?

—Así es, así que vamos. —tomó mi mano. —Vayamos a divertirnos.

Era nuestro día libre, me acompañó a mi habitación y me eligió ropa casual pero linda. Un jean negro que marcaba mis caderas, un calzado cómodo y un abrigo verde esmeralda.

Fuimos corriendo hacia la salida y nos dirigimos a Hogsmeade. Allí encontramos al profesor Horace Slughorn comprando una bebida o algo así. Luego fuimos a Las Tres Escobas, necesitaba un lugar así de cálido y acogedor.

—¿Sola denuevo? —se acercó un Slytherin de último año.

—¿Y a vos que te importa? —respondí. —Dejanos solas.

—Mi linda, a mi me hablás con respeto. —cuando estuvo apunto de acercarse, alguien lo tomó del abrigo.

—Asiento ocupado, idiota. —era Blaise que se encontraba en el mismo lugar. —¿Puedo?

Se sentó junto a nosotras y pasamos largas horas riéndonos de cualquier cosa. Fue muy divertido y aunque al comienzo Blaise era una persona creyente en la sangre pura, supo establecer una gran relación de amistad con Her.

El cielo oscureció y dejó sobre él unas cuántas estrellas.

—Vamos. Es tarde. —y los tres nos dirigimos hacia el castillo nuevamente.

Al llegar los gritos de Lavender Brown nos rompió los tímpanos.

—¡Mi pequeño Ro-Ro! —dijo corriendo a la enfermería.

Her me miró espantada y comenzamos a seguirla para ver qué había sucedido.

yuanfen, draco malfoy y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora