Open your mind.

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Silver se despertó por su propia voluntad. Nadie le había gritado, ni le había echado agua por encima, ni siquiera había sonado el despertador. Al incorporarse en el sofá, un Connor ya vestido y casi listo para marcharse a clase se tomaba el desayuno. Estaba de muy buen humor para ser un Lunes y el primer día de todo un largo y aburrido curso. Se levantó del sofá y caminó arrastrando los pies hasta dónde él estaba, golpeando con su mano en forma de puño su brazo y llamando su atención.

-Buenos días -Dijo la chica abriendo el frigorífico y sacando una botella de leche-. ¿Has dormido bien?

Su hermano se quedó algo sorprendido ante el repentino golpe. ¿Desde cuándo había sido 'tan' violenta ella? El chico se encogió de hombros a modo de respuesta.

-Simplemente he dormido.

Ella frunció el ceño y fue hacia el armario pequeño donde guardaban los vasos, queriendo coger uno. Echó la leche en el recipiente y lo metió en el microondas, yendo mientras a coger el nesquik y el azúcar. Tras soñar el pitido que anunciaba una leche ya calentada, sacó el vaso del microondas y vertió dos cucharadas de azúcar y una de nesquik. Sacó una cucharilla del cajón y la removió para mezclarlo todo. Allí de pie se bebió el vaso a prisa y corrió escaleras arriba hasta su cuarto para prepararse. La puerta de su cuarto estaba cerrada debido a que esa iba a ser la primera vez que entrase en él y al abrir la puerta, su expresión facial se volvió totalmente distinta. Las paredes estaban pintadas de color beige. Una gran ventana justo en medio de la pared, encima de un pequeño saliente hacia dentro donde poder sentarse. Unas luces de neón azules en las que se leía 'Hell here' tenían su sitio encima de la cama. La cama era una cama normal, no sobresaltaba ni llamaba la atención, cubierta por un edredón blanco. Abrió sus maletas y las desperdigó por todo el suelo, mirando por encima de ellas, fijándose en la ropa para ver qué ponerse. Un jersey blanco ajustado de cuello alto, encima una camiseta de manga corta de una banda de música, unos mom jeans y unas converse blancas. Ya tenía su conjunto. Una vez terminó de ponerse todo, se cepillo su largo pelo, dejándolo suelto. Cogió su mochila y bajó las escaleras de nuevo, no sin antes dar un portazo para cerrar la puerta de su habitación.

-Vámonos Connor, estoy lista.

Ambos salieron por la puerta, cerrándola con suavidad y montaron en el coche que habían alquilado. Se subió en el asiento del copiloto, como se había acostumbrado a hacer desde pequeña y se ató el cinturón. El trayecto hasta el instituto se le hizo demasiado corto y cuando vino a darse cuenta, ya estaba caminando hacia su taquilla.

-Taquilla número doscientos veintiuno -Susurró la chica mientras sostenía entre sus dedos un pequeño papel amarillo con todo lo que necesitaba saber del lugar. Su mirada se posaba rápidamente en todos los números de las taquillas hasta que dio con la suya-. Ésta es.

Abrió la taquilla con la pequeña llave que le habían entregado cuando se matricularon antes de mudarse y se encontró una nota con un 'Bienvenida al instituto Rosewood.' Guardó todos los libros en el interior excepto los que iba a necesitar para su primera clase, los de química y cerró la taquilla. Guardando la llave en el bolsillo de su pantalón, buscó a alguien que la pudiese ayudar a encontrar el laboratorio e iba a darse por vencida cuando una chica se cruzó en su camino. Interponiéndose en él, Silver paró a la chica el tiempo suficiente como para que le indicase dónde ir. Al llegar, tocó a la puerta y entró. Le sorprendió ver que apenas había gente en esa clase. Avanzó hasta sentarse en segunda fila, en la misma mesa que dos chicas, una rubia y otra morena y un chico castaño. El chico se giró hacia ella y sonrió tendiéndole la mano.

-Soy James, chica nueva.

-Le estrechó la mano sonriente y dijo-. Soy Silver, no chica nueva.

El chico rió en voz baja para no interrumpir la presentación del profesor y soltó su mano asintiendo. Volvió la vista al frente y entonces la puerta se abrió, dejando que a sus oídos llegasen risas y voces de distintas personas hablando a la vez. La chica se giró junto con los pocos que habían en la clase y vio a un chico rubio con un piercing en el labio, a un chico moreno que parecía ser su mejor amigo, a varios chicos más y a algunas chicas que se empujaban las unas a las otras para conseguir ponerse al lado del primero. Gira la cabeza hacia delante cuando la mirada del chico y la suya se encuentran, queriendo evitar problemas y apunta una palabra en su libreta 'problemático'. Sale de clase cuando el timbre suena y se dirige a toda prisa hacia su taquilla para cambiar los libros por los de historia, una de sus asignaturas preferidas. En clase, busca sitio al final, justo un sitio pegado a la ventana para poder mirar a través de ella de vez en cuando y poder dejar su mente en blanco. El profesor se salta la presentación y comienza directamente con la clase, tomando ella apuntes a diestro y siniestro en su libreta, casi sin dar a basto. A mitad de clase, ésta es interrumpida por el chico de antes, el cual se excusó diciendo que 'tenía un examen oral que hacer', dándole un doble sentido y ella rodó los ojos asqueada. El profesor continuó la explicación mientras él tomaba asiento justo delante de Silver, también había sido casualidad que eso ocurriese teniendo más sitios vacíos. Colocó un mechón de su pelo que caía por su cara tras su oreja, impidiendo que éste se interpusiese en su trabajo de copiar y entender lo que el profesor escribía en la pizarra.

-Eh, rubia -Dijo el chico girándose hacia detrás y mirando a la chica, haciéndola sentir incómoda-. Eres nueva, ¿verdad?

Ella simplemente se limitó a pasar de él y se levantó cuando la clase terminó. Hoy podían irse a casa antes dado que el primer día constaba solo de dos horas lectivas. Caminó por el pasillo que la llevaba hasta fuera del instituto, haciendo primero una parada para dejar los libros y entonces salir en busca de su hermano. Connor la esperaba apoyado en el Audi, con los brazos cruzados pero en cuanto la vio salir, fue hacia ella para abrazarla y besar su frente.

-¿Nos vamos a casa? Tengo hambre -La chica rubia y pequeña sonrió intentando convencerlo de que sería buena idea pero él negó.

-Vamos mejor a un McDonald's, así ninguno cocinará.

Se subió en el coche, repitiendo el proceso de esa mañana y subió el volumen de la radio cuando 'Thinking out loud' de Ed Sheeran comenzó a sonar. Bajó del coche dejando dentro la mochila y corrió para entrar la primera en el local, poniéndose en la cola y mirando hacia arriba, leyendo lo que cada hamburguesa llevaba para ver que pedir y entonces, al principio de la cola, justo tras el mostrador lo vio.

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Quiero darle las gracias a @harrysselfies por hacer la portada de esta historia. Os recomiendo que la sigáis y leáis sus historias. Sayonara girls and guys,,!!

It's 4am.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora