II

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El viernes antes de la hora acordada me alisté, tardé treinta minutos en la ducha, imaginaba cómo vendría vestida ella, si traería su cabello recogido o suelto, de cuál color se pondría pintalabios, me vestí lo más casual que pude, pues todos mis amigos me dicen que visto muy formal siempre. Pero a mí me gusta verme decente, no se sabe cuándo te encontrarás con alguien importante por así decirlo, pero para mí no había nadie más importante que ella. 

Sarah llegó justo a tiempo en el auto de su novio, se despidieron de beso y ella timbró en la puerta. Bajé a abrir y lo último que recuerdo es a ella con su jersey vinotinto y su gorro rojo, perfectamente combinado con su jean preferido— lo sabía por que permanecía observándola y ese jean lo utilizaba muy constantemente— mientras mordía el borrador del lápiz. Solo sé que me la pasé mirándola en todo momento. No podía dejar pasar aquel momento. 

Chica de lágrimas {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora