XII

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No supe qué más decir, al igual que ella, así que me levanté y me fui, fue la primera vez que no era ella quien hacía eso, ésta vez era yo quien la dejé sola. No supe a donde iba pero yo sabía que debía alejarme de allí o comenzaría a llorar y no quería que notaran lo débil que era. Fue otro de esos días oscuros, aquellos que se habían vuelto tan comunes como los días de sol que se veían en verano.

Los primeros días después de eso no comía, no dormía y no prestaba atención a clases, para suerte mía, esto cedió y aunque no lograra olvidarla, simplemente no pensaba en ella a cada momento, esperaba que estuviese bien, pero no me atreví a buscarla, ella se cambió de colegio y de casa, no supe a donde fue, pero estuvo bien, fue lo mejor para ambos, aunque aún me dolía su partida.

El día de mi cumpleaños recibí una nota, era de ella, tenía su caligrafía y decía:

Hola Max, espero que estés bien y disfrutes de éste día tan especial para ti, hace cuatro meses que no nos vemos, debo decirte que fue la peor decisión que pude haber tomado en mi vida, pero no lo puedo remediar, es demasiado tarde, espero verte en mi próximo hogar, te estaré esperando con los brazos abiertos para tener esa vida que soñamos pero nunca nos declaramos, pero no vengas antes de que sea tu hora. Te amo.

PD: Siempre estuve esperando que las palabras "me gustas" salieran de tu boca, lamento no haber sido yo quien lo haya hecho, soy muy cobarde y espero que me perdones. Adiós.


Me quedé sin habla por un momento ¿qué quería decir eso de su nuevo hogar? Me alegró saber que estaba bien, pero conocí a otra chica, ella me gustaba mucho, aunque nunca llegaría a hacerme sentir lo que logró Sarah, pero ella si me correspondió, así que ya no podía esperar a Sarah para siempre, ya no existía nada entre nosotros.

Chica de lágrimas {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora