Se le hizo inevitable abrir sus ojos. Un fuerte rayo de sol estaba quemándole la cara. Esa luz provenía de un hueco que se había formado entre la ventana y unas cortinas que apenas lograban cubrirla. Jack vio a su alrededor confundido, ya que no tenía ni la más remota idea de cómo había llegado al lugar en el que se encontraba.
Se podía percibir que no era una habitación de una casa. Era más bien un edificio, seguramente un hotel con habitaciones de muy pequeñas dimensiones. Eso no significaba que no estuviera bien acondicionada, al contrario era muy higiénica y extremadamente confortable.
El ambiente estaba siendo influenciado por un fuerte olor a canela que probablemente se había usado para aromatizar el lugar. Su ropa se encontraba regada en el piso, al igual que una botella de champagne, también había unos vasos vacíos en la mesa de noche. Todo apuntaba a que Jack no había dormido solo.
Las piernas de una voluptuosa mujer, estaban entrelazadas con las suyas. Ella se encontraba totalmente desnuda, y tenía la parte trasera de su cuerpo, muy pegado al cuerpo de él. Una sábana los cubría a ambos. Y lo único que los separaba era la ropa interior que Jack traía consigo. De pronto ella comenzó a moverse, anunciando que también se había despertado.
—Debemos terminar lo que empezamos anoche —dijo ella con una voz suave, cálida y un poco adormitada.
—Estaba a punto de proponerte lo mismo —respondió Jack.
De inmediato se volteó restregando sus senos contra el pecho de Jack. Le besó los labios con enorme ímpetu. Luego delicadamente deslizó su boca hasta llegar a su cuello, al mismo tiempo lo rodeó con sus piernas, aferrándolo fuertemente contra ella.
Jack estaba a su merced, la boca de esta mujer succionaba su cuello y luego se detenía para rozarle su lengua... Él se recostó completamente en la cama y bajó su ropa interior. Al cabo de unos segundos ella se encontraba encima de su cuerpo.
Él la sostuvo con sus manos entre su espalda y su cintura. Todo el control que Jack poco a poco perdía, ella lo iba adquiriendo con cada roce... Al principio, la velocidad con la que se movía era muy despacio, pero que provocaba suspiros acelerados. Ella se recostó en el cuerpo de Jack, dejándolos completamente juntos, formando una sola silueta en la pared.
Jack le recorrió sus manos por toda su espalda —ocasionándole diversas sensaciones y escalofríos a su piel—. Y luego le plantó sus manos en su trasero, ese fue su punto de apoyo, para aumentar la intensidad de los roces entre ambos. El ritmo que habían cogido era acelerado, los gemidos se volvían cada vez más fuertes y la temperatura del lugar había aumentado con el calor que emanaban sus cuerpos... Al cabo de varios minutos las gotas de sudor se volvieron cada vez más notables y en ese instante Jack se detuvo.
—Estoy a punto de acabar, Samanta —apenas pudo decirle estas palabras, ya que había quedado sin nada de aliento.
—No, resiste un poco más —le pidió ella entre gemidos.
Rápidamente se separó del cuerpo de Jack cortando de una vez toda la excitación que estaba a punto de culminar en un orgasmo. Le pidió que se parara. Él realizó su petición y simultáneamente la boca de Samanta comenzó a rozar su abdomen, sus labios bajaban con gran lentitud por el cuerpo de Jack. Ella se había propuesto hacer algo que haría que todo terminase distinto...
La sangre de Jack estaba que hervía y su corazón estaba por salir de su pecho, la cordura simplemente se había evaporado. Su miembro se ponía cada vez más duro, con cada centímetro que Samanta le acercaba su boca. Ella apoyó sus rodias en el piso y colocó sus manos en las piernas de él. En el momento en que su lengua iniciaría el contacto... JACK SE DESPERTÓ DE GOLPE, el sonido y el movimiento de una nube atravesando las hélices del avión, fue más que suficiente para que él saliera de su sueño. Vio hacia todas partes para enterarse que todo siguiera en orden. Y luego cambió su vista hacia una pequeña ventanilla y todavía se podía divisar el enorme océano atlántico, en el que se reflejaba la tenue luz del amanecer.
En su hombro se encontraba recostada la dulce Melissa. Al final sí quedaron juntos en su viaje hacia España, luego de que Melissa comprara su boleto. Jack también lo hizo y le mencionaron que tendría una conexión obligatoria en Madrid, justamente como se lo dijo Melissa. Después de eso fueron por sus pases de abordar y al mismo tiempo registraron sus maletas.
Jack había quedado totalmente cautivado por el sin número de temas que habían tocado después de unas decenas de minutos. Pero repentinamente un aire de sinceridad invadió a Jack, haciendo que le contara todo lo que le había pasado en su emotivo día. Le detalló la plática que había tenido con su exnovia y un ápice de melancolía hizo que las lágrimas que no había derramado con Samanta, las dejara caer todas de una vez frente a Melissa, rápidamente ella lo abrazó y se quedaron así por unos minutos hasta que anunciaron, que ya era la hora de abordar.
Lo que realmente es increíble es que ella ha sido la única compañía que Jack ha tenido desde hace muchísimo tiempo. A él jamás se le hubiese pasado por su mente que en un simple aeropuerto, iba a lograr una amistad como la que había encontrado en Melissa. Ese momento de debilidad que tuvo con ella, sujetó con más fuerza ese lazo que habían tenido en la fila de los boletos. Pero lo que aún no se le cruzaba por la cabeza, es que quizás esta iba a ser la única ocasión en la que coincidirían, ya que es poco probable que en un futuro, puedan volver a verse. Jack estará un largo año en París, tratando de cambiar su vida, mientras que Melissa tiene asuntos importantes en Madrid. Es lamentable que a veces la vida te obligue a dejar algo que apenas se acaba de comenzar a apreciar. ¿Será injusto que las cosas pasen de esa manera? ¿Será que las cosas deben suceder así para que las personas sepan valorar a alguien que les escucha, que logre posar toda su atención en ellas al menos por un momento?
Y dejando a un lado el dilema anterior, el vívido sueño que tuvo Jack, reafirma que su mente todavía está plagada de recuerdos de momentos que tuvo junto a Samanta. ¿Ese sueño habrá sucedido realmente? ¿Qué quiere lograr el subconsciente de Jack? ¿Será que alguna vez deje de tener este tipo de pensamientos? ¿Qué será tan fuerte para poder sustituirlos?
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Prohibido enamorarse en París.
RomanceProhibido enamorarse en París, es una novela llena de aventura, romance y pasión, que muestra lo impredecible que puede ser el destino. Jack Collins en un intento desesperado por olvidar su pasado y terminar de una buena vez con la monotonía que ha...