Capítulo 3.

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- ¿Qué ha pasado MA? - dijo Ayden a gritos mientras seguía corriendo hacia mi.

- Nada - dije cabizbaja una vez que ya habían llegado todos a mi paso.

- Oh venga, a nosotros no nos engañas, te conocemos demasiado bien - dijo Eliot.

- A ver que no pasa nada chicos, tranquilos.

- Bueno, bueno, ya nos lo acabarás contando tarde o temprano.

Y es qu, joder, que bien me conocían...

Nos dirigimos todos al pasillo donde se encontraba nuestra case y es que habíamos tenido la gran suerte de estar todos en la misma clase.

Pasaban de una forma tan lenta las tres horas anteriores a salir al recreo que yo ya no sabía que hacer y me puse a escribir una carta a quién sabe quién.

"Se supone que esto de escribir me hará sentir bien, como lo hace siempre, se supone que me debe relajar así que allá vamos.

El haberme encontrado a Álvaro y el que me haya besado me ha dejado completamente paralizada y sorprendida, la verdad es que no esperaba encontrármelo y mucho menos que me besase, ¿eso que se supone que significa? ¿Que me echa de menos? ¿Que todavía me quiere? ¿Que quiere volver a estar conmigo? Aaaaaaagh odio que me pase esto, odio tener que analizar lo que significa cada cosa y cada acción que había realizado cuando estábamos hablando, por que simepre acabo rayada y sintiéndome mal conmigo misma."

Derrepente sonó el timbre que daba paso al recreo, "¿YA?" pensé, joder que rápido había pasado el tiempo cuando estaba escribiendo.

-Vamos Sara, que lenta eres eh - dijo Bella con tono burlón.

- Sara, ¿qué has escrito? - dijo Ayden mientras se acercaba a mi mesa a esperarme.

- Ah, esto, nada, solo me desahogaba escribiendo, podéis leerlo si queréis.

Fue Eliot el que cogió el trozo de papel en el que había escrito la carta y se dispuso a leerla en voz alta.

- Léelo en voz baja que no quiero que nadie se entere, cuando acabes de leerla pásasela a estos dos - dije señalando a Ayden y Bella.

Lo leyó rápidamente y se lo pasó a los demás mientras me miraba con una cara un tanto extraña por la confesión que había en aquel insignificante trozo de papel.

Acabaron todos de leer el papel y me miraron con cara de "cuéntanos todo YA", a lo que yo respondí:

- Vale, venga, vamos fuera y os lo cuento todo.

Otoño invernal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora