Reescribir mi propia historia sonaba interesante, poder ser libre y sin ataduras era tentativo, pero después de vivir un infierno consideraría que cualquier cosa sería el paraíso para mi. Cerré mis ojos sintiendo la brisa del mar acariciar mi rostro, dándome la bienvenida a lo que sería mi refugio por ahora. No podría quitarme esta peluca que me picaba el cuero cabelludo, no me arriesgaría.
Empezaría por buscar un trabajo, eso sería todo un reto para mi ya que soy una extraña en este pequeño pueblo, pero de igual forma lo intentaré, mi padre odiaba mi carácter y terquedad, cuando insistía tantas veces en alguna cosa, me enviaba a donde mis abuelos, y eso si era unas vacaciones para mi, mi abuela cocinaba tazones de ramen hasta reventarme, cuando iba por el cuarto razón siempre preguntaba ¿Quieres un poco más? Mientras que de igual forma me servía otra porción.
Me saqué la bolsa con ropa de mi estómago, de verdad pensaran que estoy embarazada y no me darán trabajo. Salí del pequeño terminal que solo tenía dos autobuses estacionados, me subí a la acera y me adentré hacia el muelle, habían muchos yates y barcos alineados unos a otros, caminé por el piso del muelle hecho de madera,
Se sentía tan bien este lugar, ni mucho ruido, ni muchos autos, no se comparaba en nada a Boston, la ciudad repleta de personas apuradas y con días pesados. Estaba sumergida en mis pensamientos hasta que unas voces llamaron mi atención.
-¿Esto se supone que es café?-Giré mi vista y noté lo que al parecer era una discusión dentro de una tienda.
-La verdad no se que decirle, señora-Escuché decir al empleado, tenía la expresión de alguien bastante irritado.
-Lo voy a tirar a la basura y no voy a volver-La señora reclamó.
Mi estómago comenzó a sonar-Genial-Me dije mentalmente. Revisé la bolsa, algo de dinero debía de quedar, puse todo mi empeño y encontré diez dólares, con eso podría comprarme algo para comer.
La campana sonó apenas entré a la tienda, comencé a buscar algo de tomar en el refrigerador, terminé por escoger un jugo de naranja.
Me acerqué al empleado que atendía-Sería un dólar con cincuenta-Dijo, levanté mi vista al notar su acento, y me sorprendió al ver que era asiático, me le quedé mirando por unos breves instantes, hasta que se dió cuenta y levantó una ceja en forma de interrogante, me sacudí la cabeza y puse el dinero encima del mostrador.
-Gracias-Respondí por cortesía y salí rápidamente del lugar.
Me apoyé de un varandal y me tomé un sorbo del jugo, sentía como lentamente llegaba a mi estómago, en verdad tenía hambre.
Examiné todo el lugar, al otro lado de la avenida había una especie de bosque, con muchas casas alrededor, todo aquí resultaba realmente espectacular, giré hacia los demás lados, mi vista se fijó en un restaurante, excelente.
Me acerqué al lugar, habían bastantes personas, parecía que iban bastantes turistas al lugar, los meseros iban y venían con bandejas en las manos.
-¿Puedo ayudarle en algo?-Me sobresalté al escuchar a una mujer detrás del mostrador, era muy hermosa, rubia y de ojos cafés.
-Ahm... Si, la verdad quería hablar con el dueño del lugar-Respondí dudosa.
-Yo soy la dueña ¿En qué puedo ayudarle?-Dijo con voz firme.
-¿Tendría algún puesto de trabajo para mí?-No me sorprendería si me dijera que no, mi aspecto daba pena, no había dormido en toda la noche, mi ropa estaba llena de arena por haber dormido en la playa, mientras que mi cabello postizo olía a polvo y a guardado.
-Bueno, hemos tenido mucho trabajo últimamente y podría hacerte un lugar-Mis ojos brillaron, a primera vista parecía una mujer ruda, pero ahora la veía como mi ángel de la guarda-¿Tienes experiencia?-Pero la felicidad me duró muy poco.
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Buscando un refugio [SasuSaku]
RomantikTodos tenemos secretos, algunos son ocultos por la oscuridad que apresa. El de Sakura, hará que tenga que escapar de él. Esta prohibido el plagio de esta historia, los personajes no me pertenecen a mi, sino a Masashi Kishimoto. •Historia sasusaku