II. Cumpleaños del Sr. Han

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Nos retiramos a dormir aproximadamente a las once de la noche después de beber una deliciosa copa de vino mientras leíamos cada quien un libro, él y su magia negra... Pensé por un momento en que si esta petición como regalo de cumpleaños estuviera relacionada a algún ritual de ese peculiar libro.

¡Debo estar loca por suponer eso!.

Cuando se dio la media noche él ya dormía plácidamente, me acerqué para observarlo de forma meticulosa; me gustaba su piel tersa, sus pestañas pequeñas, su boca en una línea curva, su rostro delgado con una mandíbula fina, sus rasgos eran delicados, pero esa seriedad le hacía ver imponente. Besé su frente y el aroma de su cabello me hizo sentir relajada, así que me acurruqué en su pecho como en ocasiones lo hacía la hermosa bolita de pelos blanca.

...

A la mañana siguiente, desperté antes que Jumin. Su rostro estaba relajado y tan dulce que nadie supondría sobre su fría manera de liderar la empresa. Le preparé hotcakes adornados con frutos rojos para el desayuno y un café cargado, regresé a la habitación para colocar la bandeja sobre la mesa junto con una nota.

"Feliz cumpleaños, amado esposo. Disfruta de este trocito de amor que preparé con mucha dedicación. He salido a realizar unas compras, regreso a medio día... No olvides que tienes un par de reuniones importantes por tu cumpleaños, así que debes ir a la oficina.
P.D. Después de eso te veo en casa para ir a la cena y celebrar juntos este día tan maravilloso  <3... Te amo."

Yo sabía que si me quedaba en casa mientras él se preparaba para ir a la oficina, sería capaz de llamar a Jaehee y cancelar todo, lo había insinuado cada que decía ser el primer cumpleaños conmigo, pero ella me había suplicado ayudarla para que las reuniones con importantes CEO's y su padre no se vieran afectadas. Accedí, yo quería que él disfrutara su cumpleaños con todas las personas que le rodeaban y no solo aferrándose a mí.

...

Después de su tan ocupado día de trabajo, veíamos una película en la sala mientras nos daba la hora para la próxima cena. Mis dedos acariciaban el dorso de su mano.

– Es un cumpleaños fuera de rutina, querida.
– Es un cumpleaños más normal de lo que cree, Sr. Han. ¿Acaso no lo notas con esta película tan romántica?
– Pude haber reservado una sala de cine, una pantalla grande.
– No – lo interrumpí – prefiero estar en ropa interior agazapada a tu cuerpo mientras veo una de mis pelis favoritas.
– Cierto. Tiene un mayor número de ventajas, puedo tocarte a mi antojo, siempre que tú quieras.
– Tan astuto – comenzó a besarme mientras sus dedos delineaban un camino entre mis senos hacia el obligo, pero lo detuve con palmaditas en su muslo – Mmmhh... Basta, debemos alistarnos o llegaremos tarde.
– ¡Oh! Si te refieres a eso, puedo avisar el motivo por el que tardaremos para que comiencen sin nosotros.

Di un brinco lejos de él y me reí tan fuerte que su cara se puso seria.

– ¡Perdón, amor, pero...! – no podía aguantar la risa así que hice un par de respiraciones lentas – A veces abusas de la honestidad, no quiero imaginar la expresión de Zen o lo que podría pensar nuestro pequeño Yoosung... ¡Vamos a vestirnos para la cena, destinado a CEO!
– Si lo dices de ese modo, lo tomaré en cuenta. Seré más discreto en este tema. Pensé que era normal para las personas.
– Lo es, pero no ocupas decirlo... – lo tomé de la mano y me dirigí al enorme baño para tomar una ducha juntos.

Usé uno de los vestidos que él compró durante su viaje, era color rojo oscuro, el cuál combinó con unas zapatillas negras de un tacón fino y alto. Le gustaba vestirme como muñeca siempre que salíamos a cenar, pero ese hábito estaba disminuyendo, lo permití en esta ocasión por ser especial: el mes de su cumpleaños, el día de su cumpleaños, precioso cinco de octubre.

Él lucía muy guapo con su traje oscuro y una camina de rayas delgadas en tono gris, en esta ocasión no elegí una corbata porque sin ella se veía más relajado, quería que disfrutara del ambiente y las personas que lo querían, todos estábamos emocionados por esta reunión después de un mes y medio sin reunir a los miembros de la RFA.

...

Al regresar a casa aún era su cumpleaños, pues faltaban un par de horas para que terminara este cinco de octubre. Ya estaba lista para pasar lo que restaba de la noche complaciendo a mi esposo, pero desde que regresó de viaje, él no había mencionado nada sobre el tema de la jaula directamente y eso me inquietaba un poco.

Él se dirigió hacia su estudio que estaba en el primer piso, nos habíamos mudado del penthouse hace tres meses, pero no entendía porque íbamos a esa habitación. Adentro del estudio, se detuvo cerca del escritorio, me miró con un rostro excitado en el que la sonrisa parecía maliciosa y no había rastros de ternura, no podía deducir qué estaba pensando ni lo que sentía en ese instante.

¿Me habría equivocado al permitir que un deseo tan perverso acechara a mi esposo? Pude sentir un poco de temor apretando mi corazón.

Empujó el escritorio sin el más mínimo esfuerzo en dirección al librero en el cual guardaba aquel cuento que Rika le regaló. Suspiré... Solo para sentirme más aterrada, lo observé agacharse, tirar de una argolla, abrir una puerta del suelo y una tenue luz alumbrando el camino hacia lo que era... ¿Un sótano?

– Amor... No recuerdo que la casa tuviera tal sitio.
– El plano de la construcción lo mostraba, no pusiste atención cuando el arquitecto explicaba cada habitación.
– No, estaba concentrada en la ropa tan casual que usabas, te robaste mi concentración.
– Claro, no puedo negar que soy bastante atractivo, una buena alimentación y el ejercicio también ayudan. Iré primero si eso te hace sentir segura – y se adentró al pasillo.

Lo dudé unos segundos y él giró para mirarme al no oír mis tacones andando, así que me apresuré para bajar detrás de él. Mi corazón se aceleraba con cada escalón que avanzaba hasta que llegamos al final... Una hermosa habitación tan amplia como el recibidor, un par de sillones y una barra pequeña de vinos, pero ajustando mis ojos a la iluminación tenue del sitio logré encontrar una construcción elegante de metal al fondo.

Mi pensamiento se derritió, mi cuerpo se sintió caliente que comenzaba a humedecerme poco a poco; me sonrojé, no creí que causara una reacción así el mirar la jaula e imaginar un par de cosas bastante sucias. Además de cumplir el regalo de cumpleaños que él deseaba, esto parecía la entrada al paraíso que no merecía tener, o tal vez al que no debía entrar.

– Te ves hermosa con esas mejillas rosadas. ¿Vienes conmigo? – extendió su mano hacia mí y sonrió.

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