Capítulo II

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Actualidad

Hubiera deseado elegir otro trabajo si no fuera porque su padre fue quien le consiguió esta oportunidad cuando apenas había salido de la universidad, una clase de asistente para uno de los escritores de una revista muy conocida en el país.

El momento en que dijo que si fue sin dudarlo, al instante, desde algo debía empezar si quería llegar a ser escritora para aquella revista, sin embargo nunca pensó el precio que debía pagar por estar en el lugar en que estaba.

Desde el primer día el hombre al que debía llamar jefe solo demostraba lo idiota que era, podía pasar por alto que fuera tan exigente desde la manera en que tomaba su café, en la necesidad de sus medicamentos para los problemas estomacales que sufría diariamente, incluso aguantaba lo machista que era la mayoría de las ocasiones y que ha tenido que soportar sus comentarios fuera de lugar y en ocasiones denigrantes por la simple condición de ser mujer.

Pero lo que más molestaba a Circe era que ella se encargaba de corregir cada sección o artículo que el hombre hacía, incluso en ocasiones debía empezar desde cero por que aquellos borradores no tenían pies ni cabeza y aquel hombre no le daba las gracias ni el mérito que se merecía.

—¿Y? —Iris, la chica que había conocido desde el primer día en que piso el lugar y que tenía su escritorio al lado del suyo la miro expectante.

—Lo mismo de siempre —Levanto sus hombros y los dejo caer en señal de rendición mientras tomaba asiento en su respectivo lugar y presionaba la barra espaciadora del teclado frente a ella haciendo que el monitor se iluminará.

—¿No has pensado en buscar otra revista? tienes tanto talento y lo estas desperdiciando con el bueno para nada de Smith —Frunció sus cejas haciendo que la chica que empezaba a redactar un nuevo artículo despegará la mirada de la pantalla para verla.

—Si, pero significa empezar desde cero, aquí por lo menos Bella empieza a notar que yo hago el trabajo y tal vez un día de estos me dará algo importante —Volvió su mirada al documento frente a ella y puso sus manos en marcha, debía entregar una columna antes de la media noche y conociéndose, tardaría un par de horas buscando que fuera perfecto.

—Pues... mientras esperas aquel momento iré por un café ¿Quieres que te traiga uno? —La chica asintió en un ligero movimiento de cabeza y su compañera tomo la taza blanca con pequeños girasoles que estaba vacía desde algunas horas a un lado de su escritorio.

Su mirada recorrió por unos cortos segundos la oficina que en algún punto podía ser deprimente, demasiado para ser el piso de la sección de espectáculos de la revista; algunas personas estaban detrás de su escritorio y con la mirada puesta sobre el monitor de la computadora, sus ceños fruncidos y el estrés era evidente en cada semblante mientras que los teléfonos sonaban cada tanto y las personas entrando y saliendo de las oficinas principales pasaban tan rápido que era imposible contar cuantas iban y venían con papeles en mano.

Le gustaba lo que hace, pero ¿le fascina? ¿le encanta? no, no es para tanto, pero fue lo más cercano que había encontrado entre el mundo de carreras que no le causaba aburrimiento, podía recordar a la perfección el estrés que se apoderó de ella durante casi su último año de preparatoria en el cual hizo una decena de aquellas pruebas vocacionales que aseguraban descubrir la carrera perfecta; medicina, psicóloga, negocios, ingenierías, administración, todas tan distintas la una de la otra que solo le causo más confusión.

Fue como un momento de iluminación cuando probó un poco de periodismo y después de pensarlo un par de horas termino decidiéndose por aquella carrera, sorprendiendo por completo a sus padres.

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⏰ Última actualización: Nov 17, 2020 ⏰

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Circe; n.h. [Pausada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora